Editorial Alaire

No quiero ver el fruto de la melancolía
en esta tierra nuestra, tuya y mía.
No puedo desvengarme de la ira que puse cuando niño
a pesar de los mil arrepentimientos que me llegan ahora
a las entrañas viejas desde un control irrealizable.
No vale la experiencia para pedir perdón
ni preserva de que den por el culo los dañados
Persiste en el fragor de los entuertos
la herida que supura y en el ánimo crece
salir de la vergüenza a los lugares cautos
porque procrea la verdad y es savia y sabia
donde los hijos de los hijos, si les acosa el peligro, retroceden
para recomponerse
en esta tierra nuestra, tuya y mía,
sabiendo dar el fruto que le conviene al ser que recapacita.

Sí.

Abrazos mediterráneos.

Recapacito, amigo... recapacito. Estupendo poema donde expones con sabiduría tu honda reflexión. Me ha gustado mucho, entre otras cosas. Abrazos.

Concha Vidal escribió:Sí.

Abrazos mediterráneos.

Lo bueno si poco se multiplica por 1000, al menos.

Los abrazos que los medite tu mediterráneo, también mío y siempre nuestro.

Gracias, amigo Francisco, por hacer caso a mi poema y recapacitar. me alegra que te haya gustado, incluso, la reflexión.
Recibe de mi parte un fuerte abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:No quiero ver el fruto de la melancolía
en esta tierra nuestra, tuya y mía.
No puedo desvengarme de la ira que puse cuando niño
a pesar de los mil arrepentimientos que me llegan ahora
a las entrañas viejas desde un control irrealizable.
No vale la experiencia para pedir perdón
ni preserva de que den por el culo los dañados
Persiste en el fragor de los entuertos
la herida que supura y en el ánimo crece
salir de la vergüenza a los lugares cautos
porque procrea la verdad y es savia y sabia
donde los hijos de los hijos, si les acosa el peligro, retroceden
para recomponerse
en esta tierra nuestra, tuya y mía,
sabiendo dar el fruto que le conviene al ser que recapacita.

Lo entiendo y comparto, amigo! Gran versar que he disfrutado. Abrazo.

Un poema fuerte, donde la reflexión es necesaria, de nada sirve retroceder en el tiempo
y acariciar rencores, quizás ese reencuentro con el ayer logre extirparlo para siempre
y en esa tierra tuya y mía, se logre la paz
Tu poema me ha cautivado, me ha gustado muchísimo
Un abrazo
Carmen

Carlos Justino Caballero escribió:

Guillermo Cuesta escribió:No quiero ver el fruto de la melancolía
en esta tierra nuestra, tuya y mía.
No puedo desvengarme de la ira que puse cuando niño
a pesar de los mil arrepentimientos que me llegan ahora
a las entrañas viejas desde un control irrealizable.
No vale la experiencia para pedir perdón
ni preserva de que den por el culo los dañados
Persiste en el fragor de los entuertos
la herida que supura y en el ánimo crece
salir de la vergüenza a los lugares cautos
porque procrea la verdad y es savia y sabia
donde los hijos de los hijos, si les acosa el peligro, retroceden
para recomponerse
en esta tierra nuestra, tuya y mía,
sabiendo dar el fruto que le conviene al ser que recapacita.

Lo entiendo y comparto, amigo! Gran versar que he disfrutado. Abrazo.

Quien entiende comparte se lleva buena parte.

Un abrazo

carmen Parra escribió:Un poema fuerte, donde la reflexión es necesaria, de nada sirve retroceder en el tiempo
y acariciar rencores, quizás ese reencuentro con el ayer logre extirparlo para siempre
y en esa tierra tuya y mía, se logre la paz
Tu poema me ha cautivado, me ha gustado muchísimo
Un abrazo
Carmen

Gracias amiga Carmen por leerme y por pasar a mi agrado con tu comentario.

Un abrazo, otro más.

También formo parte de esa tierra. Un poema que remueve . Me gustó leerte
Abrazos
Pilar