Editorial Alaire

Leído el ilustrado poema quisiera yo ser Carmina la del verso. La de los ojos grandes y sencilla. La escribidora de cuentos y
La del aura fresca con la personalidad de la conciencia entre las manos .

Un abrazo

Nostalgia llena de ternura en tus versos francisco, me ha gustado mucho
Un abrazo
Carmen

Guillermo Cuesta escribió:Leído el ilustrado poema quisiera yo ser Carmina la del verso. La de los ojos grandes y sencilla. La escribidora de cuentos y
La del aura fresca con la personalidad de la conciencia entre las manos .

Un abrazo

¡Eres estupendo, Guillermo...! Yo creo que (dejando el sexo aparte), los que peinamos canas o lucimos calvas, algo nos parecemos a Carmina, ¿no? Recibe un afectuoso abrazo.

carmen Parra escribió:Nostalgia llena de ternura en tus versos francisco, me ha gustado mucho
Un abrazo
Carmen

Muchísimas gracias amiga. Carmina, la del poema, es una vieja conocida. La vida es así, entre otras cosas. Recibe un fuerte abrazo.

Francisco: De una belleza exquisita y admirable, y el distinguido derroche de una
envidiable delicadeza, en tus versos, que deleitan enseñando.

Con respeto y admiración.

Gran abrazo poeta

Rafael

Rafael Zambrano Vargas escribió:Francisco: De una belleza exquisita y admirable, y el distinguido derroche de una
envidiable delicadeza, en tus versos, que deleitan enseñando.

Con respeto y admiración.

Gran abrazo poeta

Rafael

Gracias Rafael por tan bellas palabras. Perdona que te pregunte si tocas la guitarra. Lo digo por la fotografía. Yo también la toco y compongo canciones cuando puedo. Algunas las ha cantado mi hermano Emilio José. Recibe un abrazo muy fuerte de tu amigo Paco.

Gracias Rafael por tan bellas palabras. Perdona que te pregunte si tocas la guitarra. Lo digo por la fotografía. Yo también la toco y compongo canciones cuando puedo. Algunas las ha cantado mi hermano Emilio José. Recibe un abrazo muy fuerte de tu amigo Paco.

Gracias, Paco amigo, por tu respuesta y pregunta: Efectivamente toco algunos acordes, los más elementales y el punteo, y a veces, como un agradable pasatiempo, acompaño algunas canciones de mis letras, para mi es un relax y divertimento, casi igual que la poesía.
Esas canciones para Emilio José deben de ser una maravilla.

Felicidades y un abrazo grande amigo

Rafael

Un emotivo poema que es un hermoso retrato y a la vez una auténtica historia que apunta al ingrato destino de muchas mujeres dotadas de belleza y exquisitas cualidades.
Una lectura delicada que conmueve al lector, Francisco.
Saludos cordiales

Marimar González escribió:Un emotivo poema que es un hermoso retrato y a la vez una auténtica historia que apunta al ingrato destino de muchas mujeres dotadas de belleza y exquisitas cualidades.
Una lectura delicada que conmueve al lector, Francisco.
Saludos cordiales

Así es Marimar: así pasa con las mujeres y con los hombres. El paso de los años es implacable, pero también nos recompensa con otros valores. Gracias amiga por tus bellas palabras. Recibe un fuerte y afectuoso abrazo.

Francisco López Delgado escribió:
Carmina.

Tenía Carmina los ojos grandes
y claros, el cutis como la nieve,
el pelo, rubio y muy largo -y más dulces
que las fresas-, el timbre de su voz
y el azúcar de sus labios.

Era Carmina muy culta y fina,
de porte noble y trato afable,
-como si fuese de terciopelo y
seda… y oro puro y blanco jade

Tenía Carmina una manera de
ser muy sencilla y agradable... le
gustaba hablar con la gente, reír,
bailar. soñar, cuidar su figura y
arreglarse… escribir bellos cuentos
y poemas, y canturrear arias
de óperas famosas, cuando estaba
enamorada, o se paseaba por
los senderos del parque…

¡Oh, qué ganas de vivir tenía…
Qué elegancia al andar mostraba…
Qué agradable el don de su alegría…
¡Qué radiante, la luz de su mirada…!

Era, como un soplo de aura fresca
y el albor de una mañana: alegre,
dulce, desprendida, causando una
enorme admiración por donde
quiera que pasaba…

Aunque a veces -cuando la soledad-
le golpeaba-, se refugiaba en la
caricia de un secreto que nunca
quiso confesarle a nadie; quizás
la historia de un bello amor, o el anhelo
de un sueño irrealizado, forjado
bajo la luz de las estrellas, o ante
el milagro iridiscente de la
puesta de una tarde.

Así era, así se comportaba:
todos estos valores y secretos,
guardaba en su interior Carmina...
Hasta que el tiempo la zarandeó
-como el huracán a las palmeras-,
y le tronchó el fuste de sus sueños y
el vuelo de sus alas…

y la hizo paulatinamente grande,
y acerbamente trizas.
_________________________

Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.

Me encantan este tipo de poemas, tu sello al describir cada verso.
Siempre es un honor leerte compañero.
Abrazos.

Muchísimas gracias Silvia. Me alegro de que te haya gustado. Recibe un fuerte abrazo.

Francisco López Delgado escribió:
Carmina.

Tenía Carmina los ojos grandes
y claros, el cutis como la nieve,
el pelo, rubio y muy largo -y más dulces
que las fresas-, el timbre de su voz
y el azúcar de sus labios.

Era Carmina muy culta y fina,
de porte noble y trato afable,
-como si fuese de terciopelo y
seda… y oro puro y blanco jade

Tenía Carmina una manera de
ser muy sencilla y agradable... le
gustaba hablar con la gente, reír,
bailar. soñar, cuidar su figura y
arreglarse… escribir bellos cuentos
y poemas, y canturrear arias
de óperas famosas, cuando estaba
enamorada, o se paseaba por
los senderos del parque…

¡Oh, qué ganas de vivir tenía…
Qué elegancia al andar mostraba…
Qué agradable el don de su alegría…
¡Qué radiante, la luz de su mirada…!

Era, como un soplo de aura fresca
y el albor de una mañana: alegre,
dulce, desprendida, causando una
enorme admiración por donde
quiera que pasaba…

Aunque a veces -cuando la soledad-
le golpeaba-, se refugiaba en la
caricia de un secreto que nunca
quiso confesarle a nadie; quizás
la historia de un bello amor, o el anhelo
de un sueño irrealizado, forjado
bajo la luz de las estrellas, o ante
el milagro iridiscente de la
puesta de una tarde.

Así era, así se comportaba:
todos estos valores y secretos,
guardaba en su interior Carmina...
Hasta que el tiempo la zarandeó
-como el huracán a las palmeras-,
y le tronchó el fuste de sus sueños y
el vuelo de sus alas…

y la hizo paulatinamente grande,
y acerbamente trizas.
_________________________

Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.

DE todo mi agrado tu versar, Francisco! Leído espacio y paladeando lo leído!. Abrazo.

Francisco López Delgado escribió:
Carmina.

Tenía Carmina los ojos grandes
y claros, el cutis como la nieve,
el pelo, rubio y muy largo -y más dulces
que las fresas-, el timbre de su voz
y el azúcar de sus labios.

Era Carmina muy culta y fina,
de porte noble y trato afable,
-como si fuese de terciopelo y
seda… y oro puro y blanco jade

Tenía Carmina una manera de
ser muy sencilla y agradable... le
gustaba hablar con la gente, reír,
bailar. soñar, cuidar su figura y
arreglarse… escribir bellos cuentos
y poemas, y canturrear arias
de óperas famosas, cuando estaba
enamorada, o se paseaba por
los senderos del parque…

¡Oh, qué ganas de vivir tenía…
Qué elegancia al andar mostraba…
Qué agradable el don de su alegría…
¡Qué radiante, la luz de su mirada…!

Era, como un soplo de aura fresca
y el albor de una mañana: alegre,
dulce, desprendida, causando una
enorme admiración por donde
quiera que pasaba…

Aunque a veces -cuando la soledad-
le golpeaba-, se refugiaba en la
caricia de un secreto que nunca
quiso confesarle a nadie; quizás
la historia de un bello amor, o el anhelo
de un sueño irrealizado, forjado
bajo la luz de las estrellas, o ante
el milagro iridiscente de la
puesta de una tarde.

Así era, así se comportaba:
todos estos valores y secretos,
guardaba en su interior Carmina...
Hasta que el tiempo la zarandeó
-como el huracán a las palmeras-,
y le tronchó el fuste de sus sueños y
el vuelo de sus alas…

y la hizo paulatinamente grande,
y acerbamente trizas.
_________________________

Autor: Francisco López Delgado.
Todos los derechos reservados.

Me ha maravillado este retrato y sus dimensiones Francisco. Cuanta pasión! Cuantos motivos para perseguir la vida! Luego viene el soplo del ángel de la muerte, y puff! Un placer leerte. ERA

Hermoso trabajo de Francisco.