Editorial Alaire

Así, tus codos, pronunciando los misterios del vértice,
la santidad del cielo y la división del rostro en muecas
de arrabal. La risa de la máscara huye del arpegio,
del natural encanto del asombro. ¿Puedes, por favor,
juntar la mejilla hasta el perfil de mi labio?¿puedes
fingir, como yo, si el rosal son los cabellos al viento
y un duende blanco elige el clic de la armonía?
Tú extiendes el artificio donde maduran los dedos
su efigie. Atrás un río, un puente, el mar, las colinas
vertidas a la nieve, la playa que el verano anunció,
una fiesta de algarabía sin que nadie sea el reverso
que medita la soledad de un punto neutro. Para mí
los segundos sin huella, para mí el gong que invoca
a la muerte y que sucede al párpado, a la palabra
huida, al innombrable gesto de la evasión que somos.

Con la majestad de la imagen bien dispuesta anuncias y convences. Hay un don de la amistad donde la pugna cede y busca acoplo.
Buen poema con la luz viviendo en su mensaje.

Un abrazo

Ramón Carballal escribió:Así, tus codos, pronunciando los misterios del vértice,
la santidad del cielo y la división del rostro en muecas
de arrabal. La risa de la máscara huye del arpegio,
del natural encanto del asombro. ¿Puedes, por favor,
juntar la mejilla hasta el perfil de mi labio?¿puedes
fingir, como yo, si el rosal son los cabellos al viento
y un duende blanco elige el clic de la armonía?
Tú extiendes el artificio donde maduran los dedos
su efigie. Atrás un río, un puente, el mar, las colinas
vertidas a la nieve, la playa que el verano anunció,
una fiesta de algarabía sin que nadie sea el reverso
que medita la soledad de un punto neutro. Para mí
los segundos sin huella, para mí el gong que invoca
a la muerte y que sucede al párpado, a la palabra
huida, al innombrable gesto de la evasión que somos.

Permíteme que, para calificar este poema, haga mía la expresión de asombro y admiración de Michaelin Flynn, en la película de John Ford, "Un hombre tranquilo", cuando contemplo que el tálamo nupcial del que habían disfrutado Maureen O'Hara y John Wayne, en su noche de bodas, estaba destrozado. Así que: ¡Homérico!

Mi admiración y aplauso.

Un abrazo.

Hola Ramón.

Como siempre un poema que vuela a gran altura, a más altura que un simple selfie.

La fuerza expresiva se expande conforme se desarrolla la lectura y la cadencia es perfecta.

Un placer leerte, siempre. Abrazos.

Mario

Guillermo Cuesta escribió:Con la majestad de la imagen bien dispuesta anuncias y convences. Hay un don de la amistad donde la pugna cede y busca acoplo.
Buen poema con la luz viviendo en su mensaje.

Un abrazo

Gracias, Guillermo, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Así, tus codos, pronunciando los misterios del vértice,
la santidad del cielo y la división del rostro en muecas
de arrabal. La risa de la máscara huye del arpegio,
del natural encanto del asombro. ¿Puedes, por favor,
juntar la mejilla hasta el perfil de mi labio?¿puedes
fingir, como yo, si el rosal son los cabellos al viento
y un duende blanco elige el clic de la armonía?
Tú extiendes el artificio donde maduran los dedos
su efigie. Atrás un río, un puente, el mar, las colinas
vertidas a la nieve, la playa que el verano anunció,
una fiesta de algarabía sin que nadie sea el reverso
que medita la soledad de un punto neutro. Para mí
los segundos sin huella, para mí el gong que invoca
a la muerte y que sucede al párpado, a la palabra
huida, al innombrable gesto de la evasión que somos.

Excelente! me continua maravillando tu capacidad poética Ramón! ERA

Muy bello trabajo de Ramón.

Descubrir la belleza, así, sin cascabeles, serena y precisa, adelantada al hecho…
Excelente, Ramón. Felicidades.

Un abrazo.
Ignacio

Ramón Castro Méndez escribió:

Ramón Carballal escribió:Así, tus codos, pronunciando los misterios del vértice,
la santidad del cielo y la división del rostro en muecas
de arrabal. La risa de la máscara huye del arpegio,
del natural encanto del asombro. ¿Puedes, por favor,
juntar la mejilla hasta el perfil de mi labio?¿puedes
fingir, como yo, si el rosal son los cabellos al viento
y un duende blanco elige el clic de la armonía?
Tú extiendes el artificio donde maduran los dedos
su efigie. Atrás un río, un puente, el mar, las colinas
vertidas a la nieve, la playa que el verano anunció,
una fiesta de algarabía sin que nadie sea el reverso
que medita la soledad de un punto neutro. Para mí
los segundos sin huella, para mí el gong que invoca
a la muerte y que sucede al párpado, a la palabra
huida, al innombrable gesto de la evasión que somos.

Permíteme que, para calificar este poema, haga mía la expresión de asombro y admiración de Michaelin Flynn, en la película de John Ford, "Un hombre tranquilo", cuando contemplo que el tálamo nupcial del que habían disfrutado Maureen O'Hara y John Wayne, en su noche de bodas, estaba destrozado. Así que: ¡Homérico!

Mi admiración y aplauso.

Un abrazo.

Gracias,Ram´ón, por la lectura y el comentario que me dejas. Un abrazo.

Mario Martínez escribió:Hola Ramón.

Como siempre un poema que vuela a gran altura, a más altura que un simple selfie.

La fuerza expresiva se expande conforme se desarrolla la lectura y la cadencia es perfecta.

Un placer leerte, siempre. Abrazos.

Mario

Gracias, Maria, por la lectura y la amabilidad de tus palabras. Un abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Ramón Carballal escribió:Así, tus codos, pronunciando los misterios del vértice,
la santidad del cielo y la división del rostro en muecas
de arrabal. La risa de la máscara huye del arpegio,
del natural encanto del asombro. ¿Puedes, por favor,
juntar la mejilla hasta el perfil de mi labio?¿puedes
fingir, como yo, si el rosal son los cabellos al viento
y un duende blanco elige el clic de la armonía?
Tú extiendes el artificio donde maduran los dedos
su efigie. Atrás un río, un puente, el mar, las colinas
vertidas a la nieve, la playa que el verano anunció,
una fiesta de algarabía sin que nadie sea el reverso
que medita la soledad de un punto neutro. Para mí
los segundos sin huella, para mí el gong que invoca
a la muerte y que sucede al párpado, a la palabra
huida, al innombrable gesto de la evasión que somos.

Excelente! me continua maravillando tu capacidad poética Ramón! ERA

Gracias, ERA, por tu generosidad. Un abrazo.

Rafel Calle escribió:Muy bello trabajo de Ramón.

Gracias, Rafel. Un abrazo.

Ignacio Mincholed escribió:Descubrir la belleza, así, sin cascabeles, serena y precisa, adelantada al hecho…
Excelente, Ramón. Felicidades.

Un abrazo.
Ignacio

Gracias, Ignacio, por la lectura y el amable comentario. Un abrazo.

Ramón,

como siempre, sacando petróleo de cada una de las pequeñas cosas de la vida. ¿La vida o la poesía? En ti parecen indivisibles, amalgamadas, una sola cosa. El propio fluir del texto en tiempo humano real, continuo, transparente, vivo... contribuye a esa sensación de unidad.

A mí me encanta.
Un abrazo.

Pablo Ibáñez escribió:Ramón,

como siempre, sacando petróleo de cada una de las pequeñas cosas de la vida. ¿La vida o la poesía? En ti parecen indivisibles, amalgamadas, una sola cosa. El propio fluir del texto en tiempo humano real, continuo, transparente, vivo... contribuye a esa sensación de unidad.

A mí me encanta.
Un abrazo.

Gracias, Pablo, por la lectura y el generoso comentario. Un fuerte abrazo.