Perro muerto

[Óscar Distéfano]

En medio de la calle, sobre el asfalto, los miembros del perro muerto se han desparramado. Desagradable visión de la carne viva, de los huesos rotos, de los ojos fijos y mansos.

“¡Hermoso vacío el que te espera! Sin dioses ni demonios”.

El tráfico es inclemente, la imagen se corta incesante, nadie percibe la prisa de la muerte, pasan los minutos, nadie se fastidia, nadie se asquea ante tanto despliegue de aplastamiento, ante el apisonado sin pausas que va impregnando de piel, de carne machacada, de sangre endurecida, las ruedas, el asfalto.

Nadie mira el cielo.

Nada de cremación, nada de cenizas arrojadas al viento, nada de entierro en fosa alguna, nada de otro mundo, nada de ceremonias, nada de morir en la memoria en otro perro, nada de nada. Su tumba es el desperdigo de su estructura biológica en trozos sobre la siesta calcinada.

“Emprendes el viaje eterno en las gomas de los vehículos y en las suelas de mis zapatos”. Y sobre el asfalto reverberante parece titilar una especie de espíritu o de alma.

Se han visto muchos hombres morir de esta manera.

[Hallie Hernández Alfaro]

Un texto muy bueno y concienciador; duro, real, triste. Me ha encantado volver a leerte en prosa, amigo.

Salud y felicidad.

[Ventura Morón]

La imagen va acrecentándose, haciéndose conciencia y perspectiva.
En la carretera, quizás por el anonimato que de ella se traduce, quizás porque las prisas lo justifican, la muerte no deja de ser una circunstancia desagradable que se olvida pronto.

Impactante ese volver la vista. Impactante el final.

Un abrazo amigo, un texto que hace pensar

[F. Enrique]

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Interesante, Óscar, muy bien escrito, mejor pensado. No me extraña, por tus comentarios he sabido que eres un gran prosista. La muerte de este perro te ha servido para dar rienda suelta a tus hondas reflexiones.

Un abrazo.

[Gustavo Casado]

Excelente prosa y con un gran final.

“Emprendes el viaje eterno en las gomas de los vehículos y en las suelas de mis zapatos”. Y sobre el asfalto reverberante parece titilar una especie de espíritu o de alma.

Se han visto muchos hombres morir de esta manera.
Un abrazo.

[Alonso Vicent]

Una imagen que me es bastante habitual: perros, zorros, gatos, jabatos. El tráfico no sabe de vidas adyacentes, y después del primer golpe la conciencia se allana, se aplasta bajo las ruedas... Y cuánta razón; se han visto morir muchos hombres y mujeres de esa manera. El tráfico, muchas veces, utiliza otros medios, también sistematizados.
Tremendo relato, Oscar.
Un abrazo.