Misiva sin terminar

[E. R. Aristy]

Querida Gisela:
Ayer murió Cosima y te manda un beso y un abrazo fuerte. Pesaba 85 libras y parecía una ciruela con ojos de niña. Gracias por las naranjas, llegaron justo a tiempo. No quiero hacerte llorar, pero será de una alegría especial, tú conoces lo apasionada y dramática que es Cosima y cómo le deleitaba un cafecito, o una naranja en gajos. ¡Pues así murió, saboreando un gajo con tanto gusto!
Marco y Doris pareciera que sientan más la pensión (que de seguro parará el mes que viene), el gobierno no juega. A Dios gracias que contigo no tengo que llevar las apariencias, y eso me conforta, prima.
Tengo que revisar las pocas pertenencias, cuando tenga tino, me pareció oírle entre los años a Cosima de un poema que te escribió para tu nacimiento. ¡Qué mujer esta, tan “especial”! Ahora entiendo por qué dicen que el mundo ha perdido. No hay otra Cosima.


E.R.A.

[Maria Pilar Gonzalo]

Conmueve la sencillez de tu escrito. La vida es eso, rutinas que llevan a la muerte entre recuerdos.

Maravilloso leerte.

Abrazos.

[Ventura Morón]

Que hermosa este texto, y que bien hilado y sentido. Se van salpicando las emociones y llegan nítidas y dicentes.
Un placer leerte querida Era.

Besos

[Hallie Hernández Alfaro]

A mi también me ha gustado mucho, Era; suave, llegador, cercano. Con imágenes muy poderosas también.

Un gustazo volver a leerte en prosa.

Abrazos.

[E. R. Aristy]

Conmueve la sencillez de tu escrito. La vida es eso, rutinas que llevan a la muerte entre recuerdos.

Maravilloso leerte.

Abrazos.

Es un ejercicio. Gracias por tu visita y amables palabras Maria Pilar. ERA