Yo tenía mi meta en el confín del mar
Publicado: Jue, 12 Oct 2017 7:19
Siempre he sentido en la ciudad durmiente
el terciopelo de la melancolía. También
esos labios carnosos que construyen montones de palabras
sobre la locura.
El suelo se convierte en un descalzo sistema de valores
por donde caminar. Ovidio en su mudez
lo esconde eternamente: No hay rincones ocultos para la conciencia.
En el arte de ser somos un arco. Una parte
que sostiene el lenguaje de la felicidad
y opera en un esfuerzo compartido.
Cuánta belleza en lo ya derrumbado,
en lo que doy mi espacio y puedo imaginar.
Porque volver a ser
solo exige el orden planetario de la vista.
Definitivamente
no debo permitir que el amor y su vela
naveguen bajo cielos invisibles.
Yo tenía mi meta en el confín del mar.
el terciopelo de la melancolía. También
esos labios carnosos que construyen montones de palabras
sobre la locura.
El suelo se convierte en un descalzo sistema de valores
por donde caminar. Ovidio en su mudez
lo esconde eternamente: No hay rincones ocultos para la conciencia.
En el arte de ser somos un arco. Una parte
que sostiene el lenguaje de la felicidad
y opera en un esfuerzo compartido.
Cuánta belleza en lo ya derrumbado,
en lo que doy mi espacio y puedo imaginar.
Porque volver a ser
solo exige el orden planetario de la vista.
Definitivamente
no debo permitir que el amor y su vela
naveguen bajo cielos invisibles.
Yo tenía mi meta en el confín del mar.