El cazador de ranas
Publicado: Mar, 10 Oct 2017 2:41
El cazador de ranas
A Mark Twain y Ernest Hemingway
Salió un cazador, traspasó la selva, y se metió en un lugar penumbroso.
Cada día las dificultades eran más grandes, en esa isla perdida del pacifico.
Vio unas ranas gigantes, y tomó su flecha y las traspasó.
Luego, despacio, fue a una cueva, y cocinó carne de rana.
Luego de su comida, entró en un lugar desértico, donde las víboras lo oprimían.
A la distancia lo atacó un reptil gigante.
Luego de esos días, encontró un oasis, y se quedó a descansar.
El cazador, miró el horizonte y vio un gran fantasma.
Luego de varios días regresó a su bosque, miró su biblioteca y encontró un tomo de Hemingway, se dispuso a leerlo.
Muchos años transcurrieron hasta que la muerte del cazador quedó en el olvido.
(Cuentan que en la zona de sepultura del cazador siempre aparece una rana y que llueve, como si los dioses tuvieran una cuenta pendiente con aquel hombre llamado olvido)
A Mark Twain y Ernest Hemingway
Salió un cazador, traspasó la selva, y se metió en un lugar penumbroso.
Cada día las dificultades eran más grandes, en esa isla perdida del pacifico.
Vio unas ranas gigantes, y tomó su flecha y las traspasó.
Luego, despacio, fue a una cueva, y cocinó carne de rana.
Luego de su comida, entró en un lugar desértico, donde las víboras lo oprimían.
A la distancia lo atacó un reptil gigante.
Luego de esos días, encontró un oasis, y se quedó a descansar.
El cazador, miró el horizonte y vio un gran fantasma.
Luego de varios días regresó a su bosque, miró su biblioteca y encontró un tomo de Hemingway, se dispuso a leerlo.
Muchos años transcurrieron hasta que la muerte del cazador quedó en el olvido.
(Cuentan que en la zona de sepultura del cazador siempre aparece una rana y que llueve, como si los dioses tuvieran una cuenta pendiente con aquel hombre llamado olvido)