Editorial Alaire

En mi islote de hielo me siento una princesa
cuando el sol se derrama en brillantes reflejos,
que despliegan matices de la piedra turquesa
mientras la voz del ogro rebota en sus espejos.

Y la isla es fragata cuando la besa el agua
ccn sus velas translúcidas que miran al poniente,
mientras rondo su casco con mi frágil piragua
o los remos salpican granizo del relente.

Carámbanos de escarcha y verdes abanicos
en témpanos viajeros de estrellas infinitas
ascienden sobre el lago en albos tenderetes.

Y el glaciar es castillo con sus gélidos picos,
con sus góticos arcos radiando estalagmitas
en glaucos alamares y azulosos ribetes

de inmaculados príncipes que en bandas de jinetes
del alto cielo diáfano, sobre el aire de raso
vuelan hacia la hoguera rojiza del ocaso.

Glaciares, castillos y príncipes, se ha ido abriendo ante mi una imagen de sueños , me ha gustado mucho Marimar
In abrazo gigante
CameU

Muchas gracias, Carmen, por tu atenta lectura y el acertado comentario. A veces el hielo va tomando formas caprichosas y el vuelo de los pájaros hace volar la imaginación ante el paisaje cambiante.
Saludos afectuosos

Cuando el sensor alejandrino de tus versos enfría los poderes, entonces brilla el sol en en el soneto y sacas arte y forma
para que la inspiración consienta que se remueva el flujo y el glaciar se ponga en vilo.
En el glaciar de inspiración se mueven los resortes de la poesía firme y todo el panorama se sube a los castillos de arte
clásico con el formal derecho a ser aplaudido desde la clásica cornisa del relente.

Un abrazo

Con qué fuerza lírica describes ese paisaje. Bello poema. Abrazos.

Lirismo muy bello en estos versos. Me gustó leerte
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Guillermo, por el interesante comentario que le dedicas a mi poema.
Saludos cordiales

Indudablemente eres una gran poeta. Es fácil adivinarlo en toda tu bella obra poética.
Con cariño.

Feliz y agradecida, Ramón, si te ha agradado mi poema.
Aaludos codiales

Marimar González escribió:

En mi islote de hielo me siento una princesa
cuando el sol se derrama en brillantes reflejos,
que despliegan matices de la piedra turquesa
mientras la voz del ogro rebota en sus espejos.

Y la isla es fragata cuando la besa el agua
ccn sus velas translúcidas que miran al poniente,
mientras rondo su casco con mi frágil piragua
o los remos salpican granizo del relente.

Carámbanos de escarcha y verdes abanicos
en témpanos viajeros de estrellas infinitas
ascienden sobre el lago en albos tenderetes.

Y el glaciar es castillo con sus gélidos picos,
con sus góticos arcos radiando estalagmitas
en glaucos alamares y azulosos ribetes

de inmaculados príncipes que en bandas de jinetes
del alto cielo diáfano, sobre el aire de raso
vuelan hacia la hoguera rojiza del ocaso.

Hay tibieza en el glaciar por la belleza que lo embarga. Mee he complacido como siempre, amiga! Besos

Te agradezco, Pilar, tu visita y el mensaje agradabñe que le dedicas a mi soneto.
Saludos cordiales

Marimar González escribió:

En mi islote de hielo me siento una princesa
cuando el sol se derrama en brillantes reflejos,
que despliegan matices de la piedra turquesa
mientras la voz del ogro rebota en sus espejos.

Y la isla es fragata cuando la besa el agua
ccn sus velas translúcidas que miran al poniente,
mientras rondo su casco con mi frágil piragua
o los remos salpican granizo del relente.

Carámbanos de escarcha y verdes abanicos
en témpanos viajeros de estrellas infinitas
ascienden sobre el lago en albos tenderetes.

Y el glaciar es castillo con sus gélidos picos,
con sus góticos arcos radiando estalagmitas
en glaucos alamares y azulosos ribetes

de inmaculados príncipes que en bandas de jinetes
del alto cielo diáfano, sobre el aire de raso
vuelan hacia la hoguera rojiza del ocaso.

Estupenda creación con la gélida y mágica inspiración del Perito Moreno (Argentina) que pude disfrutar en su momento hace unos cuatro años y que ahora me evocan de nuevo tus versos. Podrían estos versos, igualmente, surgir de la sugestión helada de cualquier otro glacial; lo importante y sustancial es que se siente vivo y transmite vida. Enhorabuena y abrazo.
Salud.

Sube para deleite de todos.

Un hermosísimo trabajo, Marimar.

Abrazos y gracias por compartir.

Marimar González escribió:

En mi islote de hielo me siento una princesa
cuando el sol se derrama en brillantes reflejos,
que despliegan matices de la piedra turquesa
mientras la voz del ogro rebota en sus espejos.

Y la isla es fragata cuando la besa el agua
ccn sus velas translúcidas que miran al poniente,
mientras rondo su casco con mi frágil piragua
o los remos salpican granizo del relente.

Carámbanos de escarcha y verdes abanicos
en témpanos viajeros de estrellas infinitas
ascienden sobre el lago en albos tenderetes.

Y el glaciar es castillo con sus gélidos picos,
con sus góticos arcos radiando estalagmitas
en glaucos alamares y azulosos ribetes

de inmaculados príncipes que en bandas de jinetes
del alto cielo diáfano, sobre el aire de raso
vuelan hacia la hoguera rojiza del ocaso.

Me ha encantado tu poema, Marimar, tiene una tremenda fuerza descriptiva apoyada en la belleza de las imágenes que se proyectan en cada verso.
Mi aplauso.

Abrazos.

Te agradezco, Carmen Plá, tan amables conceptos.
Saludos cordiales