Editorial Alaire

Luis Oroz escribió:Hojas


Explicarlo es sencillo,
lo difícil comienza cuando piensas
que no te pertenece.

Un árbol solitario nos contempla,
se lleva nuestros días a sus labios herméticos
y pronuncia un matiz de la existencia.
En sus hojas retiene la memoria
de lo que fue su “savia” perspectiva.
A mis pies una de ellas se levanta,
marchita ya, perdida,
(sin más razón de ser que la de perseguirme)
tiembla, gira y se marcha, no sé si con el aire
o con la inercia de su soledad,
pero ese vuelo
es capaz de arrastrar un pensamiento
más allá de sus límites afásicos.
Su verdad absoluta me recuerda
al último poema que leí.

-No todo está perdido (me interrumpo).

Certezas deshojadas de sus libros
a la espera de un aire misterioso
que vuelva a levantarlas.
Poetas como árboles, miradas
rebosantes de viento.

Explicarlo es sencillo,
lo difícil comienza cuando piensas
que no te pertenece.




Luis Oroz.

Luis Oroz escribió:Hojas


Explicarlo es sencillo,
lo difícil comienza cuando piensas
que no te pertenece.

Un árbol solitario nos contempla,
se lleva nuestros días a sus labios herméticos
y pronuncia un matiz de la existencia.
En sus hojas retiene la memoria
de lo que fue su “savia” perspectiva.
A mis pies una de ellas se levanta,
marchita ya, perdida,
(sin más razón de ser que la de perseguirme)
tiembla, gira y se marcha, no sé si con el aire
o con la inercia de su soledad,
pero ese vuelo
es capaz de arrastrar un pensamiento
más allá de sus límites afásicos.
Su verdad absoluta me recuerda
al último poema que leí.

-No todo está perdido (me interrumpo).

Certezas deshojadas de sus libros
a la espera de un aire misterioso
que vuelva a levantarlas.
Poetas como árboles, miradas
rebosantes de viento.

Explicarlo es sencillo,
lo difícil comienza cuando piensas '
que no te pertenece.




Luis Oroz.

E. R. Aristy escribió:

Luis Oroz escribió:Hojas


Explicarlo es sencillo,
lo difícil comienza cuando piensas
que no te pertenece.

Un árbol solitario nos contempla,
se lleva nuestros días a sus labios herméticos
y pronuncia un matiz de la existencia.
En sus hojas retiene la memoria
de lo que fue su “savia” perspectiva.
A mis pies una de ellas se levanta,
marchita ya, perdida,
(sin más razón de ser que la de perseguirme)
tiembla, gira y se marcha, no sé si con el aire
o con la inercia de su soledad,
pero ese vuelo
es capaz de arrastrar un pensamiento
más allá de sus límites afásicos.
Su verdad absoluta me recuerda
al último poema que leí.

-No todo está perdido (me interrumpo).

Certezas deshojadas de sus libros
a la espera de un aire misterioso
que vuelva a levantarlas.
Poetas como árboles, miradas
rebosantes de viento.

Explicarlo es sencillo,
lo difícil comienza cuando piensas
que no te pertenece.




Luis Oroz.

Que complejidades nos arropan, nos visten en disfraces de la época cuando no es tan difícil ver que estamos desnudos, mi estimado Luis Oroz. Aprecio grandemente este despojo de cosas en las cuales tus versos hablan de lo inasible, de la duda que tenemos de no ser dueños de nuestra divinidad. Así es como he sentido tu hermoso poema. E. R. Aristy

Pilar Morte escribió:Gran alegría al leerte de nuevo.
Un poema muy bien hilado, reflexivo y bello. En el fondo somos como esa hoja, caducidad o humus.
Me gustó mucho.
Abrazos
Pilar

Marius Gabureanu escribió:Un poema de un amplio significado existencial, Luis. La soledad subsiste de las hojas caídas, cuando acaba con nosotros. Hiperbolizando de una manera sutil, has conseguido llevarnos a reflexionar sobre el destino. Abrazos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Una enormidad, Luis; la manera, la belleza, el acierto; todo en complot para regalar al espíritu un sorbo de elegantísima e inmejorable poesía.

Me he quedado colgada en esos versos de apertura y cierre. Tantísima fuerza y resolución en sus significantes.
La hoja, las hojas, el árbol, el cuaderno, el testimonio, las razones infiltradas en la temblorosa clorofila, las sinrazones al descubierto en la desnudez del tallo.

De pie para la ovación, querido amigo; abrazo enorme hasta allí.