Editorial Alaire

Tal vez el silencio, no sé. Últimamente divago al pensar. Un poema precioso que me ha hecho disfrutar.
Abrazos
Pilar

Hermoso, muy hermoso, Alejandro. Se percibe un yo muy íntimo alterando la quietud de los segundos. Imágenes acertadísimas y que suscitan empatía profunda en el lector.

Abrazo y felicitaciones.

Alejandro Costa escribió:Tal vez el silencio sea el mejor de los discursos.
La aurora, el pergamino de una noche sin alterar,
los cielos oscuros, la interminable serenata
de unas nubes enfadadas.

Tal vez…

Tal vez, agacharnos en señal de solicitar perdón
sea una disculpa encerrada en la vergüenza,
reír en una discusión, un logaritmo compuesto
por esas palabras incapaces de mojar los labios,
la desnudez de un alegato sin alegato.

Tal vez…

Sí, tal vez, con dudas y sin afirmaciones concretas,
túnicas de cobardes.

Tal vez, un reloj es incapaz de sincronizarse,
de seguir el ritmo de la vida y la vida marcar sus pausas,
alimentar cada segundo y éste ser capaz de crear minutos,
tal vez mienta a cada golpe de aguja, a cada giro de calendario,
a cada movimiento por fallido que sea,
pero si se para, no genera energía, no ilumina ilusión
e inconcluso, derrota la visión del alma.

Tal vez…

Quizás, entonces,
el silencio sea efectivamente el mejor de los discursos.

Pero,
seguro,
el peor de ellos.

Y,
tan solo es posible,
tal vez,
yo tenga razón.

Te echaba de menos... Y de pronto nos regalas esta belleza poética que como siempre cala y cala. Sé que es tu sello poner el corazón al revés.
Besitos miles!!!

Hola Alejandro.

Un acertado poema que refleja las dudas existenciales de todos nosotros. Me gustó.
Un abrazo.

Mario

Un grandioso poema, amigo. Me ha encantado. Recibe un fuerte abrazo.

Tú bien sabes el tiempo que el silencio ocupa y cómo trata al sentimiento y al pensar.

Un abrazo

Alejandro Costa escribió:Tal vez el silencio sea el mejor de los discursos.
La aurora, el pergamino de una noche sin alterar,
los cielos oscuros, la interminable serenata
de unas nubes enfadadas.

Tal vez…

Tal vez, agacharnos en señal de solicitar perdón
sea una disculpa encerrada en la vergüenza,
reír en una discusión, un logaritmo compuesto
por esas palabras incapaces de mojar los labios,
la desnudez de un alegato sin alegato.

Tal vez…

Sí, tal vez, con dudas y sin afirmaciones concretas,
túnicas de cobardes.

Tal vez, un reloj es incapaz de sincronizarse,
de seguir el ritmo de la vida y la vida marcar sus pausas,
alimentar cada segundo y éste ser capaz de crear minutos,
tal vez mienta a cada golpe de aguja, a cada giro de calendario,
a cada movimiento por fallido que sea,
pero si se para, no genera energía, no ilumina ilusión
e inconcluso, derrota la visión del alma.

Tal vez…

Quizás, entonces,
el silencio sea efectivamente el mejor de los discursos.

Pero,
seguro,
el peor de ellos.

Y,
tan solo es posible,
tal vez,
yo tenga razón.

A veces hay que dejar al agua correr, pero que duro es dejar correr la sangre! Me conmueve a la reflexión tu bello poema, Alejandro. E. R. Aristy

Interesante trabajo, amigo Alejandro.
Abrazos.

Profunda y sensible siempre la expresión de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Pilar Morte escribió:Tal vez el silencio, no sé. Últimamente divago al pensar. Un poema precioso que me ha hecho disfrutar.
Abrazos
Pilar

Agradecida queda mi soledad junto a tu calor.

Un beso.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Hermoso, muy hermoso, Alejandro. Se percibe un yo muy íntimo alterando la quietud de los segundos. Imágenes acertadísimas y que suscitan empatía profunda en el lector.

Abrazo y felicitaciones.

La elegancia del corazón hace hermoso lo inaudito, para convertirlo en presa de lo bello.

Y lo hermoso se esconde y el corazón lo descubre para hacer grande lo insignificante.

Un beso y mi gratitud.

Silvia Savall escribió:

Alejandro Costa escribió:Tal vez el silencio sea el mejor de los discursos.
La aurora, el pergamino de una noche sin alterar,
los cielos oscuros, la interminable serenata
de unas nubes enfadadas.

Tal vez…

Tal vez, agacharnos en señal de solicitar perdón
sea una disculpa encerrada en la vergüenza,
reír en una discusión, un logaritmo compuesto
por esas palabras incapaces de mojar los labios,
la desnudez de un alegato sin alegato.

Tal vez…

Sí, tal vez, con dudas y sin afirmaciones concretas,
túnicas de cobardes.

Tal vez, un reloj es incapaz de sincronizarse,
de seguir el ritmo de la vida y la vida marcar sus pausas,
alimentar cada segundo y éste ser capaz de crear minutos,
tal vez mienta a cada golpe de aguja, a cada giro de calendario,
a cada movimiento por fallido que sea,
pero si se para, no genera energía, no ilumina ilusión
e inconcluso, derrota la visión del alma.

Tal vez…

Quizás, entonces,
el silencio sea efectivamente el mejor de los discursos.

Pero,
seguro,
el peor de ellos.

Y,
tan solo es posible,
tal vez,
yo tenga razón.

Te echaba de menos... Y de pronto nos regalas esta belleza poética que como siempre cala y cala. Sé que es tu sello poner el corazón al revés.
Besitos miles!!!

Mi sello es alimentar el alma mientras siento que se me desgarra y siento al sentir que me muero en vida y vivo en la eterna muerte.

Y todo es infinito y todo es indefinidamente corto.

Mil gracias. Tal vez no lo tengas claro, pero te admiro y te quiero.

Un beso.

Mario Martínez escribió:Hola Alejandro.

Un acertado poema que refleja las dudas existenciales de todos nosotros. Me gustó.
Un abrazo.

Mario

Gracias, compañero.

Un fuerte abrazo.

Francisco López Delgado escribió:Un grandioso poema, amigo. Me ha encantado. Recibe un fuerte abrazo.

Gracias por todo ese empuje que me dan tus palabras.

Un abrazo.