Editorial Alaire

-Siento que se me está secando un río-
te dije
mientras se iba tejiendo de amapolas la tarde

Y tú me desnudaste de nimbus con un beso.

Ardió la noche luego
y la mañana trajo a mi lengua ausencias,
pecios de infancia,
detritos de raíces
y algún que otro naufragio.

Átame al viento, amor, para volar contigo,
porque
aquí solo hay barro,
porque ya la memoria no es una estampida
de quebrantos.

Porque la torre del adiós
ha vencido
y siento que se me está secando un río.

Rosa Marzal escribió:-Siento que se me está secando un río-
te dije
mientras se iba tejiendo de amapolas la tarde

Y tú me desnudaste de nimbus con un beso.

Ardió la noche luego
y la mañana trajo a mi lengua ausencias,
pecios de infancia,
detritos de raíces
y algún que otro naufragio.

Átame al viento, amor, para volar contigo,
porque
aquí solo hay barro,
porque ya la memoria no es una estampida
de quebrantos.

Porque la torre del adiós
ha vencido
y siento que se me está secando un río.

Te felicito, Rosa, por el buen decir, por la sensibilidad mostrada y por todo lo que estos versos encierran en sus sílabas poéticas. Con un abrazo.
Salud.

Yo en cuestiones de amor soy un desastre
pero creo que lo mejor para un río
es que le llueva y que corra el agua
para que se limpie de aquello que sobra.
Un placer de lectura, Rosa,un abrazo.

El rio poetico no se te seca. Tus poemas estan dotados fe inteligencia y sensibilidad. Me encantan.
Abrazos
Pilar

El rio poetico no se te seca. Tus poemas estan dotados fe inteligencia y sensibilidad. Me encantan.
Abrazos
Pilar

Sensible y derramando en tus versos imágenes intensas y delicadas, me ha gustado mucho
Un abrazo
Carmen

Mientras nos quede algún que otro riachuelo, o una simple charca bien vamos . Muy bello poema, Rosa, precioso cierre.
Un gran abrazo, querida amiga.

Rosa Marzal escribió:-Siento que se me está secando un río-
te dije
mientras se iba tejiendo de amapolas la tarde

Y tú me desnudaste de nimbus con un beso.

Ardió la noche luego
y la mañana trajo a mi lengua ausencias,
pecios de infancia,
detritos de raíces
y algún que otro naufragio.

Átame al viento, amor, para volar contigo,
porque
aquí solo hay barro,
porque ya la memoria no es una estampida
de quebrantos.

Porque la torre del adiós
ha vencido
y siento que se me está secando un río.

Que bellas imagines, Rosa. Traen en sus tristes aguas la sed de seguir y la osadia de volar. Tu poesia deja siempre un sello irrefutable de sensibilidad. E.R.A.

Magnífico poema, querida amiga. En el se vislumbran la necesidad de cumplir ocasos. Me ha encantado también cómo el cierre nos hace releer el poema para ahondar más en la sensibilidad que se disfraza de rocas debajo del puente. Muchos Abrazos, Rosa.

Sacaste a relucir imágenes que sufren y presienten cómo la flor se aja, cómo el río seca, como la luz se apaga y cómo el amor
se rinde contra sí mismo solo por dar viso a los temores. Carpe diem y súbete a la corriente.

Un abtrazo

Hermoso y evocador trabajo, amiga Rosa.
Abrazos.

Un río de alta poesía es tu poema, Rosa. Imágenes preñadas de ternura, metáforas como capullos nacientes, exquisitez.
Te envío mi felicitación y mi abrazo.
Jerónimo

Un texto hermoso, Rosa… nostálgico, tierno, evocador, luchador, pero sobre todo desnudo de orgullo, de ese orgullo que nos separa a unos de otros por no saber decir o demostrar que en el fondo a veces también necesitamos asirnos a alguien que nos ayude a salvarnos incluso de nosotros mismos.

Un abrazo grande.

Me ha encantado este poema circular donde la alegoría del río ha sido desarrollada con exquisito talento. A mí me ha emocionado al sentir la belleza de los versos que emanan con naturalidad en todo el poema. Mis felicitaciones.

Un abrazo fraterno.
Óscar

Rosa Marzal escribió:-Siento que se me está secando un río-
te dije
mientras se iba tejiendo de amapolas la tarde

Y tú me desnudaste de nimbus con un beso.

Ardió la noche luego
y la mañana trajo a mi lengua ausencias,
pecios de infancia,
detritos de raíces
y algún que otro naufragio.

Átame al viento, amor, para volar contigo,
porque
aquí solo hay barro,
porque ya la memoria no es una estampida
de quebrantos.

Porque la torre del adiós
ha vencido
y siento que se me está secando un río.

Dejo el poema enterito, querida Rosa, porque es una belleza y todos y cada uno de sus versos son imprescindibles. Me gusta muchísimo lo que dice y como lo dices.
Felicidades y gracias por el regalo.
Un abrazo.