Detente, Satanás
Publicado: Jue, 07 Sep 2017 13:06
En torno mío sube una nube espesa
y tras la nube la figura aparece
de un ser robusto con patas de cabra.
¿Quién eres, espectro, que así surges,
repentino, en el centro de mi cuarto,
en un punto que antes vacío estuvo?
¿Qué ser demoníaco eres, esperpento,
que vistes de justillo rojo y una pluma
de gallo orna tu ropaje estrafalario?
¿Qué otro ser como tú en su frente
despliega esa extraordinaria cornamenta
que haría palidecer al mayor cabrío?
¡Dime, contesta mis preguntas! ¡Oye!
¿Por qué en la mano de caballo llevas
un papel hecho de fuego y una pluma
que me ofreces sin remordimientos?
Cuchilla me tiendes para que en tinta
al firmar ese contrato mi sangre se convierta
y ya nada lo pueda romper eternamente.
¡No quiero rubricar un documento
que fije prisión perenne para mi alma!
No anhelo tesoros, salud, fama, laureles,
juventud o poder si tú me los procuras.
No voy a firmar mi sentencia por siempre
por una felicidad efímera y frugal.
En mi pecho guardo mi mayor tesoro
y siempre es aliado fiel si lo reclamo.
¡Eternidad, eres mi herencia ineludible,
así que sólo a mi corazón como amigo
en esta aventura inefable quiero deberle!
¡Detente, Satanás, deja de tentarme
con las cosas materiales de este mundo!
Ya tentaste a Jesús en el desierto y viste
con que desprecio rechazó tu oferta.
Yo no soy Jesús pero te voy a exhortar
a que vuelvas a tu cubil, ¡Vate retro!
Pio Espejo
y tras la nube la figura aparece
de un ser robusto con patas de cabra.
¿Quién eres, espectro, que así surges,
repentino, en el centro de mi cuarto,
en un punto que antes vacío estuvo?
¿Qué ser demoníaco eres, esperpento,
que vistes de justillo rojo y una pluma
de gallo orna tu ropaje estrafalario?
¿Qué otro ser como tú en su frente
despliega esa extraordinaria cornamenta
que haría palidecer al mayor cabrío?
¡Dime, contesta mis preguntas! ¡Oye!
¿Por qué en la mano de caballo llevas
un papel hecho de fuego y una pluma
que me ofreces sin remordimientos?
Cuchilla me tiendes para que en tinta
al firmar ese contrato mi sangre se convierta
y ya nada lo pueda romper eternamente.
¡No quiero rubricar un documento
que fije prisión perenne para mi alma!
No anhelo tesoros, salud, fama, laureles,
juventud o poder si tú me los procuras.
No voy a firmar mi sentencia por siempre
por una felicidad efímera y frugal.
En mi pecho guardo mi mayor tesoro
y siempre es aliado fiel si lo reclamo.
¡Eternidad, eres mi herencia ineludible,
así que sólo a mi corazón como amigo
en esta aventura inefable quiero deberle!
¡Detente, Satanás, deja de tentarme
con las cosas materiales de este mundo!
Ya tentaste a Jesús en el desierto y viste
con que desprecio rechazó tu oferta.
Yo no soy Jesús pero te voy a exhortar
a que vuelvas a tu cubil, ¡Vate retro!
Pio Espejo