Ya Gritando
Publicado: Mar, 08 Jul 2008 17:28
Ya Gritando
Estoy escondido en la traslación de la lengua, encajado en el tiro negro como un colmillo
Quizás no soy otra cosa que sol soplado a contrapelo, lomo del viento, parecido
Desaparezco bajo la forma de una pisada en la cera, me hago otro a los mordiscos
Porque no soy más profundo que el olvido de los versos pomposos, tan sencillo
Porque tengo por cuerpo el humo que deja la palabra, te relincho
No queriendo decir nada, digo lo mismo que se dice en La Araucana
Estoy escondido en un perfume, en el rincón de la gota, en la llovizna del tiempo, calvo bajo el pino
Soy las ganas de leer las piedras grises que encarecen la escalera
Mas los tranvías pasan bajo la lluvia llevando a las amadas como un canto
Luzco como una cara japonesa apoyada contra el vidrio de una tienda
Mis hilos se desligan como si persiguiesen una estrella, rugen como fieras
Gramáticamente perfecto es el abismo de lo posible, caricia desenvuelta
Encuentro a mi enemigo en otro cuerpo con los besos raros, ya gritando
Rafael Teicher
Estoy escondido en la traslación de la lengua, encajado en el tiro negro como un colmillo
Quizás no soy otra cosa que sol soplado a contrapelo, lomo del viento, parecido
Desaparezco bajo la forma de una pisada en la cera, me hago otro a los mordiscos
Porque no soy más profundo que el olvido de los versos pomposos, tan sencillo
Porque tengo por cuerpo el humo que deja la palabra, te relincho
No queriendo decir nada, digo lo mismo que se dice en La Araucana
Estoy escondido en un perfume, en el rincón de la gota, en la llovizna del tiempo, calvo bajo el pino
Soy las ganas de leer las piedras grises que encarecen la escalera
Mas los tranvías pasan bajo la lluvia llevando a las amadas como un canto
Luzco como una cara japonesa apoyada contra el vidrio de una tienda
Mis hilos se desligan como si persiguiesen una estrella, rugen como fieras
Gramáticamente perfecto es el abismo de lo posible, caricia desenvuelta
Encuentro a mi enemigo en otro cuerpo con los besos raros, ya gritando
Rafael Teicher