Editorial Alaire

Cuando la oscuridad venga
no me pille de rodillas — ¡qué melodramático!—
ni esperándola atento a sus señales,
ni de pie
soportando estoico todo el peso de mi cuerpo…
Esperándola como el que no quiere la cosa,
distraído y relajado —explorando el infinito—
arrellanado en mi silla rodante preferida,
un libro de papel en la mano,
un vaso del mejor vino tinto,
disfrutando el cosmos en que se ha convertido
el aire amigable de mi estudio.
¿A qué sentir angustia ante visita tan corta?
El mundo en su conjunto no se va a detener
porque un alma recoja los bártulos tirados
y retorne, dichosa, a su hogar verdadero.
El cuerpo quedará — ¡qué fin más cartesiano!—
pues no puede entrar sin ticket a la estancia
y será gustoso banquete de las llamas fieras
o de una conjura interminable de gusanos.
Pero el alma llegará al lugar donde perpetuo
se hace el horizonte y la luz no ciega ni enloquece.
Allí soportará el acoso de ángeles miméticos
que intentarán convencerla con insidias
y añagazas de que es la más grande pecadora
pero ella ya sabe adónde y con quien no debe ir,
así que sus ardides no creo que les funcionen.
Su luz es una trampa, nunca ir hacia esa claridad
que se vislumbra al final de un tétrico túnel.
Buscar la puerta que nos lleva a la Verdad,
esa que al abrirla nos transporte a nuestra casa,
al origen divino de donde procede el ser.
Así que aquí estoy, sentado y no de pie, atento
al dibujo que mi mente produce en el espacio,
disfrutando de todo,
pensando en positivo,
media sonrisa irónica y una copa que estoy a punto
de escanciar del mejor Ribera del Duero cosechado.




Pio Espejo

Esto es pensar y escribir en positivo. Me gustó y te aplaudo

Un abrazo

Guillermo Cuesta escribió:Esto es pensar y escribir en positivo. Me gustó y te aplaudo

Un abrazo

Gracias amigo por tu visita, un placer

Pio

Hermoso e interesante canto al positivismo, amigo Pío.
Un cordial abrazo.

Teniendo las ideas tan claras es lo mejor que puede pasarte. Interesante y hermoso poema
Besos
Pilar

pio espejo escribió:Cuando la oscuridad venga
no me pille de rodillas — ¡qué melodramático!—
ni esperándola atento a sus señales,
ni de pie
soportando estoico todo el peso de mi cuerpo…
Esperándola como el que no quiere la cosa,
distraído y relajado —explorando el infinito—
arrellanado en mi silla rodante preferida,
un libro de papel en la mano,
un vaso del mejor vino tinto,
disfrutando el cosmos en que se ha convertido
el aire amigable de mi estudio.
¿A qué sentir angustia ante visita tan corta?
El mundo en su conjunto no se va a detener
porque un alma recoja los bártulos tirados
y retorne, dichosa, a su hogar verdadero.
El cuerpo quedará — ¡qué fin más cartesiano!—
pues no puede entrar sin ticket a la estancia
y será gustoso banquete de las llamas fieras
o de una conjura interminable de gusanos.
Pero el alma llegará al lugar donde perpetuo
se hace el horizonte y la luz no ciega ni enloquece.
Allí soportará el acoso de ángeles miméticos
que intentarán convencerla con insidias
y añagazas de que es la más grande pecadora
pero ella ya sabe adónde y con quien no debe ir,
así que sus ardides no creo que les funcionen.
Su luz es una trampa, nunca ir hacia esa claridad
que se vislumbra al final de un tétrico túnel.
Buscar la puerta que nos lleva a la Verdad,
esa que al abrirla nos transporte a nuestra casa,
al origen divino de donde procede el ser.
Así que aquí estoy, sentado y no de pie, atento
al dibujo que mi mente produce en el espacio,
disfrutando de todo,
pensando en positivo,
media sonrisa irónica y una copa que estoy a punto
de escanciar del mejor Ribera del Duero cosechado.




Pio Espejo

Buen trabajo en un tema que atrapa, Pio, mi enhorabuena!

Perfecto Pío.
Así quiero que me pille esa oscuridad cuando venga a buscarme. Fina ironía.
Un abrazo. Encantado de saludarte.

Mario

Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante canto al positivismo, amigo Pío.
Un cordial abrazo.

Gracias por tu comentario amigo Rafael, un abrazo.

Pio

Un poema lúcido, reflexivo, escrito con manos poéticas, con esa inquietud profundamente existencial por el destino humano.
Creo, amigo, que has descrito con gran realismo una situación por la que pasamos todos los que nos interesamos en oír la voz de nuestros insondables abismos. Me ha gustado mucho.

Un abrazo de amistad.
Óscar

Y cuando llegue ese día Pío, yo elegiré encontrarme de nuevo con los poetas
tampoco yo temo a las sombras ni me cogerá de rodilla o descuidada, creo que
llegaremos a la meta para la que fuimos creados...
Me ha gustado mucho leerte
Un abrazo
Carmen

pio espejo escribió:Cuando la oscuridad venga
no me pille de rodillas — ¡qué melodramático!—
ni esperándola atento a sus señales,
ni de pie
soportando estoico todo el peso de mi cuerpo…
Esperándola como el que no quiere la cosa,
distraído y relajado —explorando el infinito—
arrellanado en mi silla rodante preferida,
un libro de papel en la mano,
un vaso del mejor vino tinto,
disfrutando el cosmos en que se ha convertido
el aire amigable de mi estudio.
¿A qué sentir angustia ante visita tan corta?
El mundo en su conjunto no se va a detener
porque un alma recoja los bártulos tirados
y retorne, dichosa, a su hogar verdadero.
El cuerpo quedará — ¡qué fin más cartesiano!—
pues no puede entrar sin ticket a la estancia
y será gustoso banquete de las llamas fieras
o de una conjura interminable de gusanos.
Pero el alma llegará al lugar donde perpetuo
se hace el horizonte y la luz no ciega ni enloquece.
Allí soportará el acoso de ángeles miméticos
que intentarán convencerla con insidias
y añagazas de que es la más grande pecadora
pero ella ya sabe adónde y con quien no debe ir,
así que sus ardides no creo que les funcionen.
Su luz es una trampa, nunca ir hacia esa claridad
que se vislumbra al final de un tétrico túnel.
Buscar la puerta que nos lleva a la Verdad,
esa que al abrirla nos transporte a nuestra casa,
al origen divino de donde procede el ser.
Así que aquí estoy, sentado y no de pie, atento
al dibujo que mi mente produce en el espacio,
disfrutando de todo,
pensando en positivo,
media sonrisa irónica y una copa que estoy a punto
de escanciar del mejor Ribera del Duero cosechado.




Pio Espejo

Aunque no sabemos la forma ni el tiempo en que llegue nuestra muerte personal es bello ver que el poeta esta pendiente y conciente de ese breve momento y de esa diminuta copa que es la vida actual. Me ha conmovido lo infinitamente sublime que es estar en paz con lo desconocido. Salud, Pio! ERA