Editorial Alaire

Pagué un guía turístico para que me llevara a un acantilado.
El pobre intuía menos que yo
que los acantilados son esa cosa que no necesitas ver
para saber donde está,
intuía menos que hay seminarios donde se aprende a morir dignamente.
Llegados al borde, le pregunté sobre la historia de aquellas piedras
y me dijo que estaban rodando, aunque no lo veíamos.
Que un latido de menos para el corazon
no es lo mismo que una gaviota menos en el cielo
y así recorrimos todo el borde.
Para qué volver, si las razones se pierden con los pasos.
Cambiamos impresiones sobre las mujeres
para acunarnos en la incertidumbre
y comprender el viento de otra manera.
El guía me contó que también había colmenas
de abejas salvajes entre las rocas,
que si las quería ver, me costaba cinco euros.
Hice mis cálculos, aparté un dinero para la botella de wiskey
que me iba a tomar de dos tragos
encarcelado en mi mismo como en un álbum de fotografías,
aparté un dinero para ese mendigo que recita poemas de Neruda
y que me hizo caer en cuenta que a la puerta de un supermercado
hay más amor por la poesía que en una reunión de literatos,
aparté un dinero para poner rejas a todas las ventanas de la casa
para que mi sombra no intente volar
en uno de sus excesos de ser sombra
y le di diez euros, cinco para que me muestre las colmenas
y cinco porque me trajo al acantilado equivocado.

Qué impresionante lo que haces, querido Marius; desdoblas la realidad y la llenas de fuerza mágica para devolverla en estado divino al común de nuestros ojos.

Grandioso, reitero, grandioso.

Abrazo enorme.

Querida amiga te agradezco de corazón el tiempo dedicado. Gracias por las hermosas palabras. Eres mi luz. Mis abrazos, Hallie.

Hola Marius.
Los acantilados no acostumbran a ser buenos, ni los buscados ni los equivocados. Su borde juguetea con nuestros propios e íntimos abismos. Un buen poema donde la realidad y la introspección en nosotros mismos a menudo duele.
Un gusto leerte. Abrazos.

Mario

Me sonó Divino , Marius !!! de cómo un deseo instaurado en la mente puede por obra y gracia de la equivocación , transformarse en algo tan maravilloso como volver a la Vida. mucha magia en este reflexivo poema ! el viaje ha sido todo un pasaje con un retorno iluminado.

abrazos. Marisa

Me parece una hermosa obra realista con algún toque de realismo mágico, y el final del poema es sencillamente genial.
Mis felicitaciones, Marius. Un fuerte abrazo, querido amigo, y que tengas un gran 2019.

Se respira. Precioso.

Marius Gabureanu escribió:Pagué un guía turístico para que me llevara a un acantilado.
El pobre intuía menos que yo
que los acantilados son esa cosa que no necesitas ver
para saber donde está,
intuía menos que hay seminarios donde se aprende a morir dignamente.
Llegados al borde, le pregunté sobre la historia de aquellas piedras
y me dijo que estaban rodando, aunque no lo veíamos.
Que un latido de menos para el corazon
no es lo mismo que una gaviota menos en el cielo
y así recorrimos todo el borde.
Para qué volver, si las razones se pierden con los pasos.
Cambiamos impresiones sobre las mujeres
para acunarnos en la incertidumbre
y comprender el viento de otra manera.
El guía me contó que también había colmenas
de abejas salvajes entre las rocas,
que si las quería ver, me costaba cinco euros.
Hice mis cálculos, aparté un dinero para la botella de wiskey
que me iba a tomar de dos tragos
encarcelado en mi mismo como en un álbum de fotografías,
aparté un dinero para ese mendigo que recita poemas de Neruda
y que me hizo caer en cuenta que a la puerta de un supermercado
hay más amor por la poesía que en una reunión de literatos,
aparté un dinero para poner rejas a todas las ventanas de la casa
para que mi sombra no intente volar
en uno de sus excesos de ser sombra
y le di diez euros, cinco para que me muestre las colmenas
y cinco porque me trajo al acantilado equivocado.

Extraordinario poema, Marius! Me alegra mucho encontrarlo hoy, me ha devuelto mucho. Recibe mi admiración y respeto. ERA

Vibrante y vivaz el recorrido interior de tus versos querido amigo... cautivante y conmovedor...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Muy bello trabajo, amigo Marius, salpicado de momentos estelares merced a tu gran ingenio poético-literario.
Felicidades, compañero.
Abrazos.

Hola, Marius. Aunque llevo poco tiempo en el foro, he leído ya varios de tus poemas y me gustan; con frecuencia, además, me deslumbran. Creo entrever habitualmente un armazón lógico que, como un almendro en primavera, se halla tapizado de extrañas flores de belleza terrible para darle apariencia caótica. Si tu propósito es ese, creo que lo haces muy bien. Saludos.

Hermoso poema con ese toque surrealista que, a veces, das a tus poemas. Me gustó mucho.
Besos
Pilar

[quote="Marius Gabureanu"]


¡¡Qué maravilla Marius!!
Yo veo en este poema mucha realidad y verdad, a veces encontrar acantilados equivocados nos abre los ojos y descubrimos cosas bellísimas.
He disfrutamo mucho este poema.
Gracias y un abrazo grande.