Editorial Alaire

FIEBRE


También los pinares que flamean bajo el tórrido sol de los sueños, también los cauces de los moribundos o los rayos crecientes de los cuernos agudísimos.

Y, sin embargo, el mar.

Quisiera evitarte todas las tormentas de las tuberías y todos los lamentos de los que nunca han querido cortarse sus cabellos, todo el veneno de los áspides morados, todos los fétidos alientos de los comedores de pezones aburridos.

Pero tú solo cantas.

También las hienas lloran o cantan sus hazañas, también los sacerdotes cantan a la muerte de su dios, también los trigales, y el alba de los muertos también.

Tu mano, solo.

Yo no estoy aquí mismo ni en las semillas de los corazones ni en las caderas que no aprendieron a extenderse. No estoy entre los gansos ni entre los jugos de las frutas dulces. No estoy en los humos de las candelas incomprensibles ni en medio de tus senos.

Cantas.

También los cuchillos o las hogueras o las gaviotas estridulantes o las rodillas de aquella casi virgen, casi ninfómana.

Canta.

Mi carne se destroza en las inmediaciones del fango, se destruye en los ecos de los himnos estúpidos. Canta si quieres. Mis labios nunca morirán.

Más de 40 grados alcanza el mercurio lírico, querido amigo.

Mundos construidos a partir del canto, de la inmortalidad de los labios.

todo el veneno de los áspides morados, todos los fétidos alientos de los comedores de pezones aburridos. Me impresionan estas imágenes, aterrizan en las circunvalaciones de la retina para acaecer en los tejidos más profundos.

Yo no estoy aquí mismo ni en las semillas de los corazones ni en las caderas que no aprendieron a extenderse. No estoy entre los gansos ni entre los jugos de las frutas dulces. No estoy en los humos de las candelas incomprensibles ni en medio de tus senos. Estremece la fuerza inédita de este poderío emocional.

También los cuchillos o las hogueras o las gaviotas estridulantes o las rodillas de aquella casi virgen, casi ninfómana. Los extremos que se tocan con poesía, que rasgan o apagan o vuelan.

Mis labios nunca morirán. Bellísimo cierre que continúa la saga febril, la palabra infinita, los gestos de la lengua.

Abrazo y felicidad.

Jerónimo Muñoz escribió:FIEBRE


También los pinares que flamean bajo el tórrido sol de los sueños, también los cauces de los moribundos o los rayos crecientes de los cuernos agudísimos.

Y, sin embargo, el mar.

Quisiera evitarte todas las tormentas de las tuberías y todos los lamentos de los que nunca han querido cortarse sus cabellos, todo el veneno de los áspides morados, todos los fétidos alientos de los comedores de pezones aburridos.

Pero tú solo cantas.

También las hienas lloran o cantan sus hazañas, también los sacerdotes cantan a la muerte de su dios, también los trigales, y el alba de los muertos también.

Tu mano, solo.

Yo no estoy aquí mismo ni en las semillas de los corazones ni en las caderas que no aprendieron a extenderse. No estoy entre los gansos ni entre los jugos de las frutas dulces. No estoy en los humos de las candelas incomprensibles ni en medio de tus senos.

Cantas.

También los cuchillos o las hogueras o las gaviotas estridulantes o las rodillas de aquella casi virgen, casi ninfómana.

Canta.

Mi carne se destroza en las inmediaciones del fango, se destruye en los ecos de los himnos estúpidos. Canta si quieres. Mis labios nunca morirán.

Wow, va subiendo el delirio de estos versos de infecciosa verdad. Me conmueve su grado de contagio! Me parece Jeronimo que tu capacidad de expression no se limita a una forma u otra, en ti hay voces de gran poder y arte. Un placer, ERA

Hallie Hernández Alfaro escribió:Más de 40 grados alcanza el mercurio lírico, querido amigo.

Mundos construidos a partir del canto, de la inmortalidad de los labios.

todo el veneno de los áspides morados, todos los fétidos alientos de los comedores de pezones aburridos. Me impresionan estas imágenes, aterrizan en las circunvalaciones de la retina para acaecer en los tejidos más profundos.

Yo no estoy aquí mismo ni en las semillas de los corazones ni en las caderas que no aprendieron a extenderse. No estoy entre los gansos ni entre los jugos de las frutas dulces. No estoy en los humos de las candelas incomprensibles ni en medio de tus senos. Estremece la fuerza inédita de este poderío emocional.

También los cuchillos o las hogueras o las gaviotas estridulantes o las rodillas de aquella casi virgen, casi ninfómana. Los extremos que se tocan con poesía, que rasgan o apagan o vuelan.

Mis labios nunca morirán. Bellísimo cierre que continúa la saga febril, la palabra infinita, los gestos de la lengua.

Abrazo y felicidad.

Hallie, ¡qué grande eres! A cada versículo, a cada frase, añades tu talento poético y tu afecto compartido. Es un honor recibir de ti este pormenorizado y elogioso análisis. Uno, en su modestia, en su real y sincera modestia, siente que le crece el corazón para intentar nuevas tentativas . Hace poco le decía a Rafel que estaba ya muy próximo el día de mi abandono de la poesía, pero tú, con tu fe y tus ánimos, has llenado mis alas de plumas.
Gracias, amiga, fiel y dulce amiga.
Besos.
Jerónimo

Al calor poético se enciende la inspiración ipnótica que maneja el recorrido de un cántico que sale ilustrado de la palabra y se
concede tu propio convencimiento..

Enhorabuena por tu prosal poéico, muy digno y elocuente.

Un abrazo

Deseo que no sea cierto tu abandono; menguaría la luz.
Un poema precioso de sabiduría y sentimiento a partes iguales. Lo he vuelto a leer y me encanta.
Besos
Pilar

Sin duda un poema para releer y guardarlo entre mis favoritos.
Estremece y atraviesa el alma entera.
Mi admiración para tus letras, eres muy grande.
Un abrazo desde Valencia.

E. R. Aristy escribió:

Wow, va subiendo el delirio de estos versos de infecciosa verdad. Me conmueve su grado de contagio! Me parece Jeronimo que tu capacidad de expression no se limita a una forma u otra, en ti hay voces de gran poder y arte. Un placer, ERA

Los elogios siempre son agradables, ERA. Pero este tuyo me complace mucho más porque da en la diana de mis aspiraciones. Siempre he deseado no tener eso que llaman "voz", sino poder cantar en todos los registros, tener una variedad de voces. Si tú lo crees así, has coloreado mi cara con la sonrisa.
Gracias, querida amiga.
Abrazos.
Jerónimo

Guillermo Cuesta escribió:Al calor poético se enciende la inspiración ipnótica que maneja el recorrido de un cántico que sale ilustrado de la palabra y se
concede tu propio convencimiento..

Enhorabuena por tu prosal poéico, muy digno y elocuente.

Un abrazo

Gracias, Guillermo. Eres un puntal de este foro como lo demuestra el que te hayas ocupado de este poema mío que ni es poema ni es casi nada. Tu comentarios siempre elevan la calidad de mis textos.
Un abrazo.
jerónimo

Muy bello trabajo de Jerónimo.

Pilar Morte escribió:Deseo que no sea cierto tu abandono; menguaría la luz.
Un poema precioso de sabiduría y sentimiento a partes iguales. Lo he vuelto a leer y me encanta.
Besos
Pilar

Querida amiga Pilar:
Hay tanta luz en este foro que la extinción del aceite de mi candil no se notaría.
Gracias por tus siempre bellas palabras que, esas sí, alumbran mi corazón.
Besos.
Jerónimo

Cada frase nos lleva a un universo nuevo. Yo me imagino tu poesía, querido amigo, como una carretera por la que circulamos. Esta carretera nos va sorprendiendo a medida que avanzamos; traspasamos una curva y !oh! un paisaje nuevo; pasamos un cambio de rasante y un bosque precioso;giramos a la derecha y un océano lleno de luz y nostalgia; miramos a la izquierda y una montaña de lirios y azucenas; hacia arriba un olimpo donde descansar del largo trayecto. Leer tu poesía es viajar en un tren que va en dirección a la inmortalidad. Como siempre tuyo

Pio

Silvia Savall escribió:Sin duda un poema para releer y guardarlo entre mis favoritos.
Estremece y atraviesa el alma entera.
Mi admiración para tus letras, eres muy grande.
Un abrazo desde Valencia.

Gracias, Silvia. Tu elogioso comentario también lo guardo yo, pero en mi corazón.
Besos.
Jerónimo

Todo lo que escribes es de una indudable calidad. He disfrutado con la lectura. Un abrazo.

Rafel Calle escribió:Muy bello trabajo de Jerónimo.

Gracias Rafel. Tus continuas atenciones me obligan aún más a ti.
Abrazos.
jerónimo