Editorial Alaire

Guillermo Cuesta escribió:Los gritos del silencio acobardan mi estatua y el nutriente detalle
de todo lo que siento y me merezco,
pues la satisfacción está dormida en los brazos perennes
que puso en la estatura el dosificador de mi precinto.

El juego que adivino no es divino ni salta por los aires de la suerte
Allí estaba el DonJuan de los milagros
Aquí estaba el espectro de la idea y el oscuro esplendor de estar ´dormido
al margen de la vida y de la muerte.

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Guillermo Cuesta escribió:Los gritos del silencio acobardan mi estatua y el nutriente detalle
de todo lo que siento y me merezco,
pues la satisfacción está dormida en los brazos perennes
un abrazoque puso en la estatura el dosificador de mi precinto.

El juego que adivino no es divino ni salta por los aires de la suerte
Allí estaba el DonJuan de los milagros
Aquí estaba el espectro de la idea y el oscuro esplendor de estar ´dormido
al margen de la vida y de la muerte.

Tu inspiración es una fuente inagotable de magnífica poesía, Guillermo.
Mucha miga y sabios detalles en estos ocho versos.

.

Pilar Morte escribió:Me gustó el poema en su fondo y forma. Un placer
Besos
Pilar