El sol del horizonte
Publicado: Lun, 07 Ago 2017 23:53
Desde aquí, en un rincón de tesoros,
con las bocas entreabiertas y sonido estruendoso,
se lían las mantas para repeler hielo,
y en el cielo, tan solo se respetan los tejados.
Los símbolos sin pubertad,
los descamisados por obligación
y las chimeneas sin ceniza,
caminan al son del repatriado.
Desde aquí, se vive sin fuerzas, ni estómago,
la luz es algo secundario,
casi llueve tanto,
que la lluvia es huésped perpetuo,
las llagas y el cansancio son pasaporte imperecedero,
no hace falta oscuridad
para vivir entre tinieblas,
mientras en la despensa vive a sus anchas el vacío,
los ángeles desterrados
y el príncipe de los inhumanos.
Desde aquí, no se oyen gritos ni su agonía,
ni se desbordan caudales de lágrimas,
ni otra mañana nace del sufrimiento,
ni luce el sol con tanta desidia,
ni cien niños muertos
son noticia de portada,
ni mañana el desayuno estará frío.
Desde aquí,
nadie les escucha, ni tienen fuerzas para ello.
Desde aquí,
los labios se tornan en sonrisa,
humedecidos con caviar
y un sorbo de champán francés.
El sol asomará en el horizonte
con diferente calor.
Aquí…
Aquí…
con las bocas entreabiertas y sonido estruendoso,
se lían las mantas para repeler hielo,
y en el cielo, tan solo se respetan los tejados.
Los símbolos sin pubertad,
los descamisados por obligación
y las chimeneas sin ceniza,
caminan al son del repatriado.
Desde aquí, se vive sin fuerzas, ni estómago,
la luz es algo secundario,
casi llueve tanto,
que la lluvia es huésped perpetuo,
las llagas y el cansancio son pasaporte imperecedero,
no hace falta oscuridad
para vivir entre tinieblas,
mientras en la despensa vive a sus anchas el vacío,
los ángeles desterrados
y el príncipe de los inhumanos.
Desde aquí, no se oyen gritos ni su agonía,
ni se desbordan caudales de lágrimas,
ni otra mañana nace del sufrimiento,
ni luce el sol con tanta desidia,
ni cien niños muertos
son noticia de portada,
ni mañana el desayuno estará frío.
Desde aquí,
nadie les escucha, ni tienen fuerzas para ello.
Desde aquí,
los labios se tornan en sonrisa,
humedecidos con caviar
y un sorbo de champán francés.
El sol asomará en el horizonte
con diferente calor.
Aquí…
Aquí…