de que no siempre salga el sol
ni la luna refleje la noche de la misma manera.
Os veo y me lleno de oxígeno,
de poemarios optimistas,
de ganas de parir sueños,
de acomodar un sofá al filo de vuestra ventana.
Cómo encontráis las soluciones en un rompecabezas.
Cómo canta vuestra vida en una silla de ruedas.
Cómo romper las cadenas.
Lo sé.
Porque estos rostros nacen del agua,
sobreviven en el agua
a través de la hermosísima luz
que transita cada paso
colgándose de la vida.
Incluso, de los gestos que os pertenecen
haciendo que me pertenezcan.
¿Sabéis?,
soy mayo en la eternidad de diciembre,
soy presa cierta si no escucho aquellas sonrisas.