Editorial Alaire

Emilio Aparicio escribió:En el fuego

" Te miré sin deseo a través de la lumbre"

Antonio Cabrera






Enciende el fuego a diario y, aún así,
mientras mira la lumbre con los ojos de siempre,
abstrae de esa acción algo del misterio
que evoca lo candente
-- quizá la inoperancia de un hombre que interpreta
en la simple labor de prender unas ramas
un acto recurrente cargado de belleza.

La misma hoguera que acostumbra a arder
constante, en las noches de invierno,
palpita, siempre, bajo
un influjo distinto al ordinario,
bajo esa otra mirada que extrae de lo real
lo aparente y lo bello, lo inseguro y oculto
que se intuye en el brillo
de esas llamas exangües.

Y así consume el tedio en su mirada.
Y así reinventa el fuego cada noche.
Y la horas transcurren al calor
de esos troncos que sabrán consumirse,
esotéricamente, cada noche, en sus ojos.

sergio escribió:Me ha parecido un poema sereno y lleno de lucidez y aciertos. Quizá muy largo la estrofa central o, al menos lagunos versos. Me ha gustado mucho las repeticiones de la última estrofa, la hacen atractiva junto a la comparación del fuego y los ojos.

Y así consume el tedio en su mirada.
Y así reinventa el fuego cada noche.
Y la horas transcurren al calor
de esos troncos que sabrán consumirse,
esotéricamente, cada noche, en sus ojos.

Felicidades y un abrazo.

Just Gafar escribió:Y así consume el tedio en su mirada.
Y así reinventa el fuego cada noche.
Y la horas transcurren al calor
de esos troncos que sabrán consumirse,
esotéricamente, cada noche, en sus ojos.

Me gustó Emilio, un gusto disfrutar de tu palabra en esta tarde



Abrazos

Blanca Sandino escribió:Me ha gustado mucho. Recordar(nos) que somos, unicamente, nosotros los que podemos abstraernos en lo nuevo de nuestras acciones repetidas, me parece un gran acierto. No es sencillo encontrar la forma de hacerlo. Gracias.

Blanca

Emilio Aparicio escribió:En el fuego

" Te miré sin deseo a través de la lumbre"

Antonio Cabrera






Enciende el fuego a diario y, aún así,
mientras mira la lumbre con los ojos de siempre,
abstrae de esa acción algo del misterio
que evoca lo candente
-- quizá la inoperancia de un hombre que interpreta
en la simple labor de prender unas ramas
un acto recurrente cargado de belleza.

Sin embargo, la misma
hoguera que acostumbra a arder
constante, en las noches de invierno,
palpita, siempre, bajo
un influjo distinto al ordinario,
bajo esa otra mirada que extrae de lo real
lo aparente y lo bello, lo inseguro y oculto
que se intuye en el brillo
de esas llamas exangües.

Y así consume el tedio en su mirada.
Y así reinventa el fuego cada noche.
Y la horas transcurren al calor
de esos troncos que sabrán consumirse,
esotéricamente, cada noche, en sus ojos.

Pilar Morte escribió:Renovar la mirada en el tiempo es maravilloso. Me ha gustado tu forma de decir
Un abrazo
Pilar