Editorial Alaire

Está sonando Ping, la albahaca silenciosa.
Donde poso los ojos pacen dedos que parecen cosas.
Escribo mientras me persiguen.
Si me paro me rebasan.
Lo que duele la atmósfera, las voces espaciadas
y la disposición de aquello que no ocupa espacio
y suena como Ping haciéndose un hueco inapropiado
en el canal de la memoria, en el fanal de no hacer nada
y devorarse a ratos para dejar pedazos gruesos
en bocas pequeñas que me amen, me amamanten,
sin saber lo que tocan con sus palabras y sus lenguas.
Y después un llano de sonido
Ping, con sus pestañas abrasadas hundiéndose en la línea,
como un barco lleno de tambores y gongos
que se tropiezan en la bodega mientras desaparecen,
pierden la forma, segregan verticalidad contra el horizonte,
lo cubren de metal y espuma,
se despiden con un gesto mentolado.
Al fondo esperan los pastos rebeldes,
los que comen pisadas,
los de hebras altísimas que se mullen dentro de la oreja.
Ing ya mutilado, de un dorado pardo, apenas un fajín
de luz, un garabato, un halo
sostenido caprichosamente por los labios dormidos,
incapaces, soñadores.

Qué alegría volver a leerte. Has regresado con un estupendo poema. Me ha gustado mucho. Aplausos
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar. Estoy intentando volver a escribir.
Abrazos.

Aquí rebosa el Ping con todas sus habilidades. Me gusto el Ping de sus consecuencias redeado y hasta adormecido.

Un abrazo

Querido amigo, qué alegría volver a leerte...tu lenguaje presenta algún tipo de componente narcótico para el alma, va resbalando y se absorbe dejando ese continuo de su fraseo.
Nada puede hacer más presente el silencio que un pequeño ruido, algún sonido escapado que retumba dejando desnudo al resto, una gota de luz que zigzaguea en un súmmum de profundidades.
Es un placer siempre pasar por tus cosas, ganas de que eso no pare Bruno.
Abrazo fuerte

Un gusto descubrir tu original poema.
Muchas gracias.
Un abrazo

Bruno Laja escribió:Está sonando Ping, la albahaca silenciosa.
Donde poso los ojos pacen dedos que parecen cosas.
Escribo mientras me persiguen.
Si me paro me rebasan.
Lo que duele la atmósfera, las voces espaciadas
y la disposición de aquello que no ocupa espacio
y suena como Ping haciéndose un hueco inapropiado
en el canal de la memoria, en el fanal de no hacer nada
y devorarse a ratos para dejar pedazos gruesos
en bocas pequeñas que me amen, me amamanten,
sin saber lo que tocan con sus palabras y sus lenguas.
Y después un llano de sonido
Ping, con sus pestañas abrasadas hundiéndose en la línea,
como un barco lleno de tambores y gongos
que se tropiezan en la bodega mientras desaparecen,
pierden la forma, segregan verticalidad contra el horizonte,
lo cubren de metal y espuma,
se despiden con un gesto mentolado.
Al fondo esperan los pastos rebeldes,
los que comen pisadas,
los de hebras altísimas que se mullen dentro de la oreja.
Ing ya mutilado, de un dorado pardo, apenas un fajín
de luz, un garabato, un halo
sostenido caprichosamente por los labios dormidos,
incapaces, soñadores.

Si alguien sabe hablar de lo inasible, ese eres tu, Bruno. Me fascina tu incisiva y pulsante perspectiva, Abrazos, ERA

Rebosante de originalidad y fuerza simbólica.

Todo un placer de lectura, amigo Bruno.

Un abrazo.

Deslumbrante, Bruno:

Me ha encantado leerte de nuevo.

Besos a montones
Ana

Muchas gracias, Guillermo.
Abrazos.

Buen poema, Bruno. Me alegra leerte de nuevo. Un saludo cordial.

Tu poesía es única, Bruno, y es un placer volver a encontrarse con su magia y misterio.

Me alegra tu regreso, amigo.

Abrazos.

"una gota de luz que zizaguea". Eso es muy bello, Ventura.Muchas gracias.
Abrazos.

Qué bueno, compañero,es usted puro ingenio.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo

Hermoso, inteligente y profundo trabajo de Bruno.