Editorial Alaire

Jaula de piedra que llora juventud.

Contrasta la indiferencia del mármol
con las voces, la gimnasia y los cuerpos alegres.
Escalas de armonía son los latidos del futuro,
su ansiedad no existe porque cada hora
estatuas y gárgolas rezuman lágrimas de agua bendecida
-falsos techos como cataratas de onírico fluir-.

Apenas hablo misterios,
soy transparencia lábil,
un muñeco sin alas que seduce al azar.

Todo se enfría en su olor mecánico,
las limpiadoras nos regalan flores mágicas de alhelí,
el estudiante vigila sus libros
porque en ellos está el aliento del devenir
y no quiere la duda ni la miseria del padre.

¡Qué insólita la costumbre de los pájaros
cuando suicidan el oro de las ramas
por un gusano exhausto o una miga preñada de sol!

Mi habitación no guarda latitud,
a veces se encoge y es un mínimo gorrión,
otras se abre como vientre fértil
contra las cenizas que aventa
la bruja de este camastro atemporal.

Sueño mapas de tinta invisible,
escribo letras en un pasquín
con los mofletes de Mao brillantes de charol,
muertos como la utopía.

Y salgo hacia las calles desnudo de ayer
igual que un recién nacido que balbucea tu nombre,
tu nombre que no conozco
aunque ya lo espere en tus labios sellados de mercromina y azur.

Madre mía, Ramón; qué grande la atemporalidad y el escenario huracanado que revierten en magníficas metáforas.
La última estrofa me ha impresionado por ese dolor... llevado a sus máximas consecuencias de belleza.

Ovación y un abrazo, querido amigo.

Bello poema, Ramón, evocando los tiempos estudiantiles.
imágenes y metáforas preciosas, el camastro, la habitación
los libros la tinta, todo ello, nos retrotrae a un tiempo
que en tu poema se haca actual, se palpa
y se disfruta.

Un abrazo y ovación

Rafael

Genial poema que nos hace sentir un pasado vivo en tus versos. Felicidades
Besos
Pilar

Siempre he sentido en tus textos una fuerza que me atrae casi magnéticamente. Los va uno leyendo y tienen tal potencia que no queda más que rendirse al vuelo de tus palabras, a lo sólido de tus imágenes, a la inteligencia poética que nos regalas.
Un abrazo Ramón.

Debiera acercarme a esa residencia, sin en ella se aprendiera la magnífica doctrina que imparten tus versos.

Nada, a otra Ramón. Sin más adjetivos (ya no encuentro)

Un abrazo.

"Apenas hablo misterios,
soy transparencia lábil,
un muñeco sin alas que seduce al azar."

Sueños y transparencias en la ilusión del estudiante que avanza hacia lo deconocido. Siempre me fascinas, Ramón, en todas partes donde descubro el velo de tu poesía.
May

Hallie Hernández Alfaro escribió:Madre mía, Ramón; qué grande la atemporalidad y el escenario huracanado que revierten en magníficas metáforas.
La última estrofa me ha impresionado por ese dolor... llevado a sus máximas consecuencias de belleza.

Ovación y un abrazo, querido amigo.

Muchas gracias, Hallie. Te mando un fuerte abrazo.

Rafael Zambrano Vargas escribió:Bello poema, Ramón, evocando los tiempos estudiantiles.
imágenes y metáforas preciosas, el camastro, la habitación
los libros la tinta, todo ello, nos retrotrae a un tiempo
que en tu poema se haca actual, se palpa
y se disfruta.

Un abrazo y ovación

Rafael

Muchas gracias, Rafael, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

Magnífico poema, Ramón. Mis sinceras felicitaciones,amigo.Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Jaula de piedra que llora juventud.

Contrasta la indiferencia del mármol
con las voces, la gimnasia y los cuerpos alegres.
Escalas de armonía son los latidos del futuro,
su ansiedad no existe porque cada hora
estatuas y gárgolas rezuman lágrimas de agua bendecida
-falsos techos como cataratas de onírico fluir-.

Apenas hablo misterios,
soy transparencia lábil,
un muñeco sin alas que seduce al azar.

Todo se enfría en su olor mecánico,
las limpiadoras nos regalan flores mágicas de alhelí,
el estudiante vigila sus libros
porque en ellos está el aliento del devenir
y no quiere la duda ni la miseria del padre.

¡Qué insólita la costumbre de los pájaros
cuando suicidan el oro de las ramas
por un gusano exhausto o una miga preñada de sol!

Mi habitación no guarda latitud,
a veces se encoge y es un mínimo gorrión,
otras se abre como vientre fértil
contra las cenizas que aventa
la bruja de este camastro atemporal.

Sueño mapas de tinta invisible,
escribo letras en un pasquín
con los mofletes de Mao brillantes de charol,
muertos como la utopía.

Y salgo hacia las calles desnudo de ayer
igual que un recién nacido que balbucea tu nombre,
tu nombre que no conozco
aunque ya lo espere en tus labios sellados de mercromina y azur.

Voy a coger mi taza de café, mi cielo nublado
y me los llevaré al patio de tu residencia y allí seguiré
hasta que se me ocurra un comentario
a la altura de tus letras.
¡ Qué maravilla! Un abrazo

Pilar Morte escribió:Genial poema que nos hace sentir un pasado vivo en tus versos. Felicidades
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, por tu generosidad. Un beso.

Sidel Zeissig escribió:Siempre he sentido en tus textos una fuerza que me atrae casi magnéticamente. Los va uno leyendo y tienen tal potencia que no queda más que rendirse al vuelo de tus palabras, a lo sólido de tus imágenes, a la inteligencia poética que nos regalas.
Un abrazo Ramón.

Gracias, Sidel, por tus amables palabras. Un fuerte abrazo.

Alejandro Costa escribió:Debiera acercarme a esa residencia, sin en ella se aprendiera la magnífica doctrina que imparten tus versos.

Nada, a otra Ramón. Sin más adjetivos (ya no encuentro)

Un abrazo.

Gracias, Alejandro, por tus palabras. Un abrazo.

Marimar González escribió:"Apenas hablo misterios,
soy transparencia lábil,
un muñeco sin alas que seduce al azar."

Sueños y transparencias en la ilusión del estudiante que avanza hacia lo deconocido. Siempre me fascinas, Ramón, en todas partes donde descubro el velo de tu poesía.
May

Muchas gracias, Marimar, por tu comentario. Un abrazo.