Editorial Alaire

Quise penetrar en ti
entrar en tu mundo y en tu vida
me arriesgué
me perdí
quedé atrapada en el laberinto de tu alma.

Cautiva y desventurada quise salir
pero no fui capaz de volver a hallar la entrada
y ni siquiera conozco si existe una salida
me perdí.

Ahora deambulo noche y día por los intrincados pasadizos
recorro día y noche los interminables pasillos
me resigno a padecer este castigo justo
por no respetar las prohibiciones
cuando ante mis ojos claramente aparecía
ese gran cartel que me decía:
"No entrar.
Prohibido el paso. Propiedad privada".

Excelente poema, con un final muy bueno. Se lee con soltura y no hay un sólo verso que desmerezca en el conjunto. El poema tiene armonía y fuerza... y un final, como dije, excelente.
Un abrazo, Solariana, me gustú mucho.
J. Manuel

Muchas gracias J. Manuel, eres muy amable. Quiero pasar a leer tus cosas en cuanto tenga un ratito (y me aclare). Recuerdo que ya leí algo tuyo en otra ocasión y me emocionó verdaderamente tu forma de escribir.
Un cordial saludo!

No, solariana, no, nunca debemos rendirnos ante la evidencia, ni ante nada, ni por nada, hay que seguir luchando, donde sea, por lo que sea, una lucha mejor, el no desesperes jamás, siempre hay un jardin, y flores para sembrar...un nuevo día, un atardecer, muchos pasillos, laberintos...pero al final siempre, siempre se encuentra la salida. No te quedes atrapada en el alma, déjala libre, como libre eres tú, igual que las mariposas...

Saludos