Editorial Alaire

Sangre de hombres amargos corre por mis venas,
Mi corazón lo sabe, mi seso lo presiente,
Si corazón y seso no me mienten,
Soy un eslabón más de esta cadena,

Que arrastra el ser humano en su condena.
Esa herencia maldita, delincuente,
Alimenta mi sangre en su torrente,
Con toda la maldad que mi alma llena.

¡No eres hijo de un dios, mono insolente!
Cuyo deseo rige, sin que se asombre,
El origen salvaje de tu raza macabra,

Mírate en este espejo y sé consciente,
De lo que significa ser un hombre,
En toda la extensión de la palabra.

Bienvenido Alberto, espero que te encuentres a gusto entre tanto poeta. Tu poema me ha gustado, tiene ideas muy buenas. Además has elegido ese corsé de estructura clásica tan difícil de vencer. Ha sido un gusto tu presentación.

Un fuerte abrazo.

Hola Manuel,

Poeta desde febrero, muy ignorante de los pormenores de este arte que me ha tomado por asalto -alguna brecha abierta en mis murallas- o será que me estoy haciendo mayor en exceso. Al principio me han molestado la métrica, el ritmo, ...ahora cada vez me gusta más construir esta especie de ecuaciones musicales.

Gracias por el comentario.

Bienvenido compañero a este magnífico espacio donde las plumas bailan sobre un folio en blanco, como la tuya.
Precioso poema, me ha encantado leerte.
Un abrazo.

Hola Silvia,
Gracias por el comentario.
Hay un placer en regalar distinto del placer de recibir un regalo. Si tú viniste al mundo sabiendo esto, naciste sabia.

Hay cierta similitud de ideas en este poema con el mío. Me gustaron tus versos. Un placer
Besos
Pilar

Bienvenido, amigo Alberto, es un placer tenerte entre nosotros.
Te presentas con un trabajo que podría ser un polimétrico (combinación de varios metros) y al que no le falta hermosura.
Nos iremos leyendo.
Saludos cordiales.

Hola Rafael,

Tengo casi siempre la sensación de que analizar las sensaciones, los sentimientos, clasificarlos, puede privarnos del placer que nos procuran. Esto casi nunca es cierto. Iré aprendiendo la gramática parda de los poetas, venciendo ese malestar que es imaginario, como lo es la duda que me asalta cuando termino un poema de si el siguiente será bueno o si habrá un siguiente. Duda estéril, ¿qué más da, al fin y al cabo?

Gracias por tu comentario. Me gusta leerles, aprendo.

Saludos.