Editorial Alaire

Sé de esas esquinas de piedra
que dejan resquicios para los vientos
y observan las rezongas de las calles
ateridas de frío.
Los pobladores enmudecen
ignorando esas luces apagadas,
olvidadas de dioses cansados
que no velan.

Desde una ventana mira el niño,
en apretado silencio, lo opresor
de las sombras que han llegado
repentinamente.
Caen las hojas como los días pasan
y lo obligan a ser hombre en vida
a lo que no puede negarse; no obstante
el quisiera seguir jugando sus juegos
y ser niño.


De mi libro “De poemas que morían” 2017 ISBN 978-987-4004-38-3

Un mensaje muy loable arropa el poema, Carlos; tan pronto no debería acabar la infancia formativa y despreocupada.

Felicidades y un abrazo.

Precioso mensaje, cuando se pierde la inocencia y las corduras insensatas.
Un placer de lectura, siempre humana.
Un abrazo, Carlos.

La infancia es una eterna añoranza. Me gustó el poema. Un abrazo.

Hermosos versos para un mensaje certero. Un placer leerte
Besos
Pilar

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un mensaje muy loable arropa el poema, Carlos; tan pronto no debería acabar la infancia formativa y despreocupada.

Felicidades y un abrazo.

Muchas gracias, Hallie!! Besos

Carmen Pla escribió:Precioso mensaje, cuando se pierde la inocencia y las corduras insensatas.
Un placer de lectura, siempre humana.
Un abrazo, Carlos.

Muchas gracias, Carmen! Besos para ti.

Ramón Carballal escribió:La infancia es una eterna añoranza. Me gustó el poema. Un abrazo.

Muchas gracias, Ramón! Fuerte abrazo!

Pilar Morte escribió:Hermosos versos para un mensaje certero. Un placer leerte
Besos
Pilar

Mi gratitud, Pilar. Besos

Arriba con esta hermosa propuesta de Carlos.

Rafel Calle escribió:Arriba con esta hermosa propuesta de Carlos.

Mi agradecido abrazo, poeta!