Editorial Alaire

Algo perverso hay, sin duda,
en los espejos de palacio
frente a los cuales pasa revista el tirano
a las arrugas en su traje.

Algo abyecto hay, estoy seguro,
en las lisonjas oportunas
y repugnantes complacencias
de genuflexos serviles
con voracidad aurífera.

Algo queda en las calles, solo un poco,
del eco de ilusas promesas,
retumbando una y mil veces
para convertir la utopía
en esperanza perdida.

Algo de sangre queda, en este caso no poca,
en el asfalto que alguna vez afianzo la protesta.
A estas playas llega, de recónditos lugares,
un oleaje de indiferencia, o peor aún, de vítores
a la épica mentira de revoluciones ajenas.

El tirano se peina frente al espejo,
los adulantes celebran,
la justicia se oculta sonrojada entre las piedras
mientras gárgolas de palacio escupen fuego a la tierra
porque de esa tierra está hecha la gente…

Y un imbécil foráneo
justifica lo que ve en el espejo,
que algo tiene de perverso…
no hay duda.

Extraordinario, Arturo; has evidenciado la elegancia, la coherencia y el talento para dibujar con suma precisión la terrible acuarela.

Ovación sostenida y un abrazo enorme.

No hemos aprendido nada
de los peores capítulos de la historia
salvo repetirlos una y otra vez...
Muy bueno el poema, compañero,un abrazo

Expresas con gran acierto una dramática realidad que, ojalá, no vuelva a repetirse.

Me ha encantado leerte, Arturo.

Un abrazo.

Interesante, Arturo, y real.

Eso es realmente lo único malo del mensaje, que hay realidad en él.

Buen escrito.

Un abrazo.

Un poema que descubre con fidelidad la cruda realidad. Me gustó mucho
Besos
Pilar

Excelente poema de crítica política, poco más se puede decir que aplaudir la verdad y el arte de tus versos. Mis sinceras felicitaciones, Arturo. Un abrazo amigo.

Muy bello y muy interesante trabajo de Arturo.

la clap es lo que sostiene en pie algunos monigotes. Muy bien trazados estos versos.
Un abrazo.
Pepa

Agudo texto y hábil critica poética.
Me ha gustado y he disfrutado con su lectura.

Un fuerte abrazo.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Algo perverso hay, sin duda,
en los espejos de palacio
frente a los cuales pasa revista el tirano
a las arrugas en su traje.

Algo abyecto hay, estoy seguro,
en las lisonjas oportunas
y repugnantes complacencias
de genuflexos serviles
con voracidad aurífera.

Algo queda en las calles, solo un poco,
del eco de ilusas promesas,
retumbando una y mil veces
para convertir la utopía
en esperanza perdida.

Algo de sangre queda, en este caso no poca,
en el asfalto que alguna vez afianzo la protesta.
A estas playas llega, de recónditos lugares,
un oleaje de indiferencia, o peor aún, de vítores
a la épica mentira de revoluciones ajenas.

El tirano se peina frente al espejo,
los adulantes celebran,
la justicia se oculta sonrojada entre las piedras
mientras gárgolas de palacio escupen fuego a la tierra
porque de esa tierra está hecha la gente…

Y un imbécil foráneo
justifica lo que ve en el espejo,
que algo tiene de perverso…
no hay duda.

Un poema que rompe el espejismo de la politica encumbrada y disfrazada de poder. Al traves de un lenguaje comedido, elegante se siente la obsenidad y la mezquindad de los sistemas que saquean a la Humanidad. Te felicito, Arturo, por un poema bien escrito, hermoso y diciente. ERA