Editorial Alaire

Un manantial de melancolía emerge
del álveo de este cuerpo que ha sentido
madrugadas ateridas en sus huesos
mientras latía un corazón en llamas.
Porque la bruma de los años ha borrado
el estigma de la luz, se limita mi horizonte
y desde la matriz del tiempo, a menudo,
regresan los hijos que alumbró el olvido
trayendo un anatema gris a la añoranza.
Ahora todo sobrevuela a través del pasado
haciendo en la reminiscencia cabriolas
que se agitan como oriflama que esgrime
la esperanza de quien todo lo aprendió
sin ser amado y cuando el futuro se diluye
en la sal solidificada de mis lágrimas
improvisa su danza el viento y en silencio
pronuncia un nombre entre los árboles para
que un beso inexperto resurja de mis labios.
Es entonces cuando se hace monotonía
la costumbre y por las calles vaga errante
hasta tomar posesión de lo prohibido.
Cuando mi rostro palpita a la intemperie,
un sabor a azogue escupen los espejos
y con su eclipse de ausencias, la vida pasa
y a mi intimidad umbría la desnuda; luego,
voraz como el deseo con aspiración caníbal
así me abraza la nostalgia mientras, sumisos,
los suicidas sobre mi piel escriben su epitafio.

Es triste con recuerdos de ausencia pero con versos hermosos y líricos. Un poema precioso.
Abrazos
Pilar

Muy bello trabajo de Rafael.

Magnificopoema, Rafae.Lleno de inspiración nostálgica y encantodor lenguaje.

Un abrazo

Como es habitual en tus poemas hay en este un buen manejo de los recursos poéticos. Un abrazo.

Tus versos habitan el poema de forma extraordinaria.
Gran inspiración, Rafael.
Un placer leerte siempre.
Un abrazo

Muy buen poema, cada verso sigue un ritmo muy claro, con su pausa, la cadencia de la memoria, la pausa de la nostalgia. Un gusto leerte.

Gracias Pilar por pasarte por mis versos y dejar tus palabras

saludos

rafael

Rafel gracias por la lectura del poema y por tus palabras

saludos

rafael

Rafael Valdemar escribió:Un manantial de melancolía emerge
del álveo de este cuerpo que ha sentido
madrugadas ateridas en sus huesos
mientras latía un corazón en llamas.
Porque la bruma de los años ha borrado
el estigma de la luz, se limita mi horizonte
y desde la matriz del tiempo, a menudo,
regresan los hijos que alumbró el olvido
trayendo un anatema gris a la añoranza.
Ahora todo sobrevuela a través del pasado
haciendo en la reminiscencia cabriolas
que se agitan como oriflama que esgrime
la esperanza de quien todo lo aprendió
sin ser amado y cuando el futuro se diluye
en la sal solidificada de mis lágrimas
improvisa su danza el viento y en silencio
pronuncia un nombre entre los árboles para
que un beso inexperto resurja de mis labios.
Es entonces cuando se hace monotonía
la costumbre y por las calles vaga errante
hasta tomar posesión de lo prohibido.
Cuando mi rostro palpita a la intemperie,
un sabor a azogue escupen los espejos
y con su eclipse de ausencias, la vida pasa
y a mi intimidad umbría la desnuda; luego,
voraz como el deseo con aspiración caníbal
así me abraza la nostalgia mientras, sumisos,
los suicidas sobre mi piel escriben su epitafio.

Rafael: Te felicito por el poema, es hermoso y de metáforas
magníficas: como la matriz del tiempo y los hijos
del olvido. todo se concatena, en la interioridad del poeta
y el resultado es digno y estupendo
para seguir leyendo y desentrañar el verdadero sentido,
más profundo que el que da a simple vista
en una primera lectura.

Un abrazo poeta

Rafael

Tu poética es fruta madura, reposada, anegada de esa pasión geminiana que habita tu escritura.

Qué buen final, amigo. Aplausos y felcitaciones sinceras.

Un abrazo.

Rafel gracias por pasarte por mis versos y dejar tus palabras

saludos

rafael

Guillermo gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

Rafael Valdemar escribió:Un manantial de melancolía emerge
del álveo de este cuerpo que ha sentido
madrugadas ateridas en sus huesos
mientras latía un corazón en llamas.
Porque la bruma de los años ha borrado
el estigma de la luz, se limita mi horizonte
y desde la matriz del tiempo, a menudo,
regresan los hijos que alumbró el olvido
trayendo un anatema gris a la añoranza.
Ahora todo sobrevuela a través del pasado
haciendo en la reminiscencia cabriolas
que se agitan como oriflama que esgrime
la esperanza de quien todo lo aprendió
sin ser amado y cuando el futuro se diluye
en la sal solidificada de mis lágrimas
improvisa su danza el viento y en silencio
pronuncia un nombre entre los árboles para
que un beso inexperto resurja de mis labios.
Es entonces cuando se hace monotonía
la costumbre y por las calles vaga errante
hasta tomar posesión de lo prohibido.
Cuando mi rostro palpita a la intemperie,
un sabor a azogue escupen los espejos
y con su eclipse de ausencias, la vida pasa
y a mi intimidad umbría la desnuda; luego,
voraz como el deseo con aspiración caníbal
así me abraza la nostalgia mientras, sumisos,
los suicidas sobre mi piel escriben su epitafio.

Te aplaudo compañero. Grande tu pluma.
Un gusto leerte.
Abrazos.

Ramón gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael