Inclemencias
Publicado: Lun, 15 May 2017 19:59
Suena bien tu sonrisa serena y tranquila,
si alguna vez la hubo
la vida la esterilizó con la faz trágica,
tuvo el valor de cerrar sus ventanas
y dejar sin propiedad un recuerdo de acuarelas.
Tus últimos latidos tuvieron tramas
con historia de memorias escritas,
evolucionaron en pecheras encendidas
dejando una huella a nuestros pies.
Te manifestaste en mi vida
sin cohibir,
sin cruentas luchas,
sin la existencia de - todo tú -
Me hablas y creo que así lo siento,
sin ningún ruido a mi alrededor.
Sin andar perdiendo
conjurando el juego de las simpatías,
improvisando y a empujones
levantando el polvo
de abajo arriba.
Tú sabes que vengo ardiendo
esclavizando mi pensamiento,
soy pequeña para agrandar el honor
de las lágrimas
que una rosa estremecida de vida
bulle entre mis manos.
Que lo mejor de ti a un trozo de paisaje
es un prado o un monte,
que además de tu cuerpo,
guardas en el agua brotes
y tus labios son dagas en mi pecho.
He ido dando bandazos tomando aire,
respirando,
engullendo tu cuerpo en un hilo de sangre.
No podré dibujar jamás lo único que me niegas
sin un collage claro de coquetería,
la lluvia cruza los ómnibus como hiedras
y el sol se esconde sobre las puertas,
cae sobre el ruido sordo de voz
de anís verde y traje gris
desentonando su autoritaria.
Pero sabes que todo está a mano,
la confianza, la mirada y el buzón
con una tarjeta postal en blanco.
No me asaltan las inclemencias,
es más fácil mentir con las ideas
que con una brisa de vasto firmamento.
Conmigo lo que quieras,
el abismo no puede comprender
nuestro canto.
Dando vueltas a la media luna
el camino nos abraza,
el agua brota
la luz se busca
engarza y sujeta.
si alguna vez la hubo
la vida la esterilizó con la faz trágica,
tuvo el valor de cerrar sus ventanas
y dejar sin propiedad un recuerdo de acuarelas.
Tus últimos latidos tuvieron tramas
con historia de memorias escritas,
evolucionaron en pecheras encendidas
dejando una huella a nuestros pies.
Te manifestaste en mi vida
sin cohibir,
sin cruentas luchas,
sin la existencia de - todo tú -
Me hablas y creo que así lo siento,
sin ningún ruido a mi alrededor.
Sin andar perdiendo
conjurando el juego de las simpatías,
improvisando y a empujones
levantando el polvo
de abajo arriba.
Tú sabes que vengo ardiendo
esclavizando mi pensamiento,
soy pequeña para agrandar el honor
de las lágrimas
que una rosa estremecida de vida
bulle entre mis manos.
Que lo mejor de ti a un trozo de paisaje
es un prado o un monte,
que además de tu cuerpo,
guardas en el agua brotes
y tus labios son dagas en mi pecho.
He ido dando bandazos tomando aire,
respirando,
engullendo tu cuerpo en un hilo de sangre.
No podré dibujar jamás lo único que me niegas
sin un collage claro de coquetería,
la lluvia cruza los ómnibus como hiedras
y el sol se esconde sobre las puertas,
cae sobre el ruido sordo de voz
de anís verde y traje gris
desentonando su autoritaria.
Pero sabes que todo está a mano,
la confianza, la mirada y el buzón
con una tarjeta postal en blanco.
No me asaltan las inclemencias,
es más fácil mentir con las ideas
que con una brisa de vasto firmamento.
Conmigo lo que quieras,
el abismo no puede comprender
nuestro canto.
Dando vueltas a la media luna
el camino nos abraza,
el agua brota
la luz se busca
engarza y sujeta.