Tus senos en el crepúsculo (P. E.)-
Publicado: Lun, 15 May 2017 3:20
Tus senos en el crepúsculo.
A Rafel Calle en su memoria.
Hoy, hoy, estoy en tus senos, en tu pubis angelical,
en las cadencias, en las manos heridas,
con tus rostros de tibias flores de pájaros,
hoy, es mi día crepuscular,
naciendo de un vientre de madre salvaje.
Tus senos, en el crepúsculo herido por Neruda,
son senos ardientes, suaves, fulgentes,
como la mar, como sus olas, en los ojos sexuales.
Pero cuando subes, a un rostro
cuando bajas y me lloras Neruda,
siempre, cada vez tus senos son luces,
como ese faro en el camino futuro,.
tus senos, tus manos y mi lento invierno.
Antes, que el viento llueva nostalgia,
van a lucrar los reinos, los rostros,
en tu colina hambrienta de mis dedos agónicos,
para las palabras del amor… ese amor... ese ojo-
Te metes, en mí, y ruegas a dios…
ruego de tigre que hiere esos senos..
Cuando se templa la espada,
en el imperio de la nada
en las ramas de los árboles que susurran
en medio de un desierto
como tus senos en la mar de las tormentas.
A Rafel Calle en su memoria.
Hoy, hoy, estoy en tus senos, en tu pubis angelical,
en las cadencias, en las manos heridas,
con tus rostros de tibias flores de pájaros,
hoy, es mi día crepuscular,
naciendo de un vientre de madre salvaje.
Tus senos, en el crepúsculo herido por Neruda,
son senos ardientes, suaves, fulgentes,
como la mar, como sus olas, en los ojos sexuales.
Pero cuando subes, a un rostro
cuando bajas y me lloras Neruda,
siempre, cada vez tus senos son luces,
como ese faro en el camino futuro,.
tus senos, tus manos y mi lento invierno.
Antes, que el viento llueva nostalgia,
van a lucrar los reinos, los rostros,
en tu colina hambrienta de mis dedos agónicos,
para las palabras del amor… ese amor... ese ojo-
Te metes, en mí, y ruegas a dios…
ruego de tigre que hiere esos senos..
Cuando se templa la espada,
en el imperio de la nada
en las ramas de los árboles que susurran
en medio de un desierto
como tus senos en la mar de las tormentas.