Editorial Alaire

AL FINAL

Al final, de cuanto he vivido,
quisiera recordar lo menos,
una tarde apacible, un río
y un par de besos de una amante.
Algo simple, gris... Poca cosa.
Que todo lo mejor se quede
un rato en el olvido, el mar,
mi corazón, mi infancia, los te quiero
sinceros de mi amada. Nada
me abstraiga en esa hora.

Deserten de mi mente los amigos,
mis padres, mi jardín, mi casa;
y que ningún vestigio de mi vida
encienda el proyector de la nostalgia.
Yo quisiera estar libre de mí mismo
cuando acabe mi estancia en este mundo.

En ese instante, solo pido
no extrañar, no añorar ni echar de menos.
Que no haya un solo atisbo
de amor que me retenga.
Sin rastro de memoria quede todo
grabado en lo más íntimo
de mi esencia.
Ya sin lastre del mundo y sin apegos
podré partir ligero de mis cosas.
Y en el cielo, en el viento…, o donde sea,
en ese instante sí, ahora sí, que mi espíritu
se embriague de recuerdos.


--oOo--

Muy bello, la poesía es inseparable e indispensable para alimentar y desarrollar nuestra vida a través de ella.
Me ha gustado mucho y ha sido un placer leerte.
Un abrazo, José Manuel

Jose Manuel,

precioso el poema, amigo. Muy evocador, en la línea ligera de equipaje de Machado, consigues trasmitir la bella idea de marcharse discretamente, sin aspavientos. Me gusta mucho la manera cómo desarrollas la idea, con tres o cuatro puntos importantes, bien sopesados y aquilatados. Muy buen ritmo como siempre. La obra de un poeta muy hecho.

Un abrazo.

Magnífico y precioso todo él.

Impagable este cierre:

Ya sin lastre del mundo y sin apegos
podré partir ligero de mis cosas.
Y en el cielo, en el viento…, o donde sea,
entonces sí,
mi espíritu se embriague de recuerdos.


Un fuerte abrazo, Txopo.

Trasmite tu poema un pensamiento puro y limpio, sin contagio de lo de mí para ir al más allá aunque no se sepa qué contiene.
Para irse no hay mejor apoyo que la propia libertad sin aposento.
Aplaudo tu sencillez y tu clarividencia. No hay apego ni nostalgia que frene tu marcha patentada y sin letargo.

Un abrazo.Me guardo otro para cuando el nuevo lugar nos lo plantee.

José Manuel, qué paz desprende tu palabra...

Tan fácil haces irse, marcharse hasta nunca más y yo no quiero aprender a hacerlo ¿sabes?

Un fuerte abrazo mediterráneo.

Mi cuñada dice: Yo no quiero irme, me gusta mucho la vida; pero tú haces fácil la marcha , sobre todo la llenas de paz. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Qué descansada queda el alma, después de haber leído y releído los versos que aquí dejas, buen amigo.
Qué bien se leen los poemas que tienen, además de bella historia, un largo recorrido de técnica y trabajo.

Gracias, J. Manuel, por el regalo.


Víctor

Carmen Pla escribió:Muy bello, la poesía es inseparable e indispensable para alimentar y desarrollar nuestra vida a través de ella.
Me ha gustado mucho y ha sido un placer leerte.
Un abrazo, José Manuel

Muchas gracias Carmen por tu amable comentario.
Un abrazo.
J. Manuel

Hermoso trabajo de José Manuel.

Pablo Ibáñez escribió:Jose Manuel,

precioso el poema, amigo. Muy evocador, en la línea ligera de equipaje de Machado, consigues trasmitir la bella idea de marcharse discretamente, sin aspavientos. Me gusta mucho la manera cómo desarrollas la idea, con tres o cuatro puntos importantes, bien sopesados y aquilatados. Muy buen ritmo como siempre. La obra de un poeta muy hecho.

Un abrazo.

Gracias Pablo.
Sí, la idea es la de partir con el espíritu sosegado, sin ataduras ni apegos que hagan difícil y traumático ese instante. Y una vez libres, recrearse con la cosas hermosas que vivimos.
Un abrazo querido amigo.
J. Manuel

jose manuel saiz escribió:AL FINAL


Al final, de cuanto he vivido,
quisiera recordar lo simple:
Una tarde apacible, un río
y un par de besos de una amante.
Algo trivial, banal. Muy poca cosa.
Que todo lo demás se quede
por ende en el olvido: el mar,
mi corazón, mi infancia... No haya nada
que abstraiga en esa hora..

Deserten de mi mente los amigos,
mis padres, mi jardín, mi casa.
Y que ningún vestigio de mi vida
encienda el proyector de la nostalgia.

Yo quisiera estar libre de mí mismo
cuando acabe mi tiempo en esta tierra.
En ese instante, solo pido
no extrañar, no añorar ni echar de menos...
Que no haya un solo atisbo
de amor que me retenga.
Sin rastro de memoria, quede todo
grabado en la corteza de lo íntimo.

Ya sin lastre del mundo y sin apegos
podré partir ligero de mis cosas.
Y en el cielo, en el viento…, o donde sea,
entonces sí,
mi espíritu se embriague de recuerdos.



--oOo--

José Manuel, hay tiempo para comenzar a pensar en irse, en la vida hay que aprender a desapegarse
y vivir ligeros de equipaje. La vida se hace amena sin los miedos y los apegos.
Me gusta como te sientas a pensar en tu despedida. Lo más difícil es el apego a los afectos.

Un abrazo querido amigo.-

J. J. M. Ferreiro escribió:Magnífico y precioso todo él.

Impagable este cierre:

Ya sin lastre del mundo y sin apegos
podré partir ligero de mis cosas.
Y en el cielo, en el viento…, o donde sea,
entonces sí,
mi espíritu se embriague de recuerdos.


Un fuerte abrazo, Txopo.

Muchas gracias Fer.
Un fuerte abrazo, amigo.
J. Manuel

Guillermo Cuesta escribió:Trasmite tu poema un pensamiento puro y limpio, sin contagio de lo de mí para ir al más allá aunque no se sepa qué contiene.
Para irse no hay mejor apoyo que la propia libertad sin aposento.
Aplaudo tu sencillez y tu clarividencia. No hay apego ni nostalgia que frene tu marcha patentada y sin letargo.

Un abrazo.Me guardo otro para cuando el nuevo lugar nos lo plantee.

Bonito comentario. Muchas gracias Guillermo.
Abrazos.
J. Manuel

Un dicente y bien estructurado trabajo, donde la expresión poética de deseo se hace postura existencial, principio de vida. El hombre que logra esa distensión del espíritu ante la muerte, es un guerrero victorioso de la vida. Me ha gustado mucho leerte, amigo; entre otros factores como el filosófico contenido, por la exquisita eufonía que logras con tu destreza técnica.

Abrazos.
Óscar