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A UNA DESCONOCIDA

Publicado: Lun, 30 Jun 2008 17:27
por JUANPABLO


Estuvieron muy cerca nuestras vidas
y apenas sólo a un palmo nuestros rostros...
presintiendo la huída,
porque había dos sólidas murallas
que hacían imposible nuestro encuentro,
y aquello no tenía más futuro
que el que tú ya conoces.

Nos miramos los dos sin extrañarnos,
atrapados en nuestra cercanía
y un discurso elocuente en la mirada
puso alas al sueño.

Yo estaba junto a tí sin darme cuenta
del minuto especial que nos unía
entre siglos de olvido.

Pero algo me hizo estremecerme
( ¿la emoción o el espanto?)
en el muelle rincón en que me hallaba.

Arrancaba mi tren y tú te fuiste
quedando detenida en tu ventana.

Te perdí para siempre,
pero no te perdí completamente,
que dejaste un pedazo de tu vida
enredado en mis sueños.

Al volver tu mirada con apego
hacia el tren que marchaba,
un golpe de ternura estremecido
me llegó de tus ojos
y dejó mi valor desarbolado.

Y aun pregunta insistente la ternura
a las puertas del alma :
¿ Por qué vías camina tu destino ?

Porque ya no seremos nunca extraños
a partir de este encuentro,
aunque somos, lo sé, desconocidos.

* * *

re: A UNA DESCONOCIDA

Publicado: Lun, 30 Jun 2008 17:49
por Julio Gonzalez Alonso
Final rimado con regusto de Bécquer en este poema de amor, o mejor de desamor, o desencuentro, o de descubrimiento tardío... No sé, pero la historia de la despedida o del final ambientada en una estación de tren me trajo a la memoria, en esa mirada que describes, otras historias de trenes, estaciones, cartas y miradas. Me ha gustado.

Salud.

Re: re: A UNA DESCONOCIDA

Publicado: Mar, 01 Jul 2008 15:31
por JUANPABLO
Julio González Alonso escribió:Final rimado con regusto de Bécquer en este poema de amor, o mejor de desamor, o desencuentro, o de descubrimiento tardío... No sé, pero la historia de la despedida o del final ambientada en una estación de tren me trajo a la memoria, en esa mirada que describes, otras historias de trenes, estaciones, cartas y miradas. Me ha gustado.

Salud.
Amigo Julio:

No hubo final
porque no hubo principio;
sólo había dos trenes
parados en la estación,
dos ventanillas enfrentadas
y dos miradas que se cruzan
y se penetran en silencio.

Un tren parte
y con él el poeta y su recuerdo.

La ficción hace el resto
y nace el poema.

Eso es todo.

Un abrazo agradecido,
de tu mirada, poética también,
sobre esta historia.

* * *