Editorial Alaire

Gimen los ventanales, gotas frenéticas

frotan su piel de cristal contra el cemento,

ambicionan lubricar la vieja ciudad

con susurros huidos de Samarcanda.

Un ligero grano de arena dormita

en el parabrisas de un coche olvidado,

sueña con ser barro, rojo y moldeable,

cuando abra su camino la primavera.

Me inyecto el olvido de las amapolas,

mis manos, como tijeras en penumbra

reducen el dolor a puro silencio.

Ensueños del Sahara desgarran Madrid,

lamen el vuelo audaz de las golondrinas

mientras Abril se rompe contra el asfalto.

Israel,

me encanta, amigo. Creo que con pocas palabras atrapas un ambiente de manera muy eficaz. El Madrid de andar por casa se inunda de sustancias peligrosas de otros mundos. La lluvia de barro, los susurros huidos de Samarcanda, la amapola en vena... Los detalles completan un conjunto de rara y potente belleza, muy original.

A mí me gusta mucho.
Un abrazo.

[quote="Israel Liñán"]

Hermosa y poética forma de contarnos cómo un día amaneció Madrid con la lluvia roja del desierto.
Me ha gustado mucho Israel, es como un vuelo psicodélico.
Abrazos.

Fantástico, muy poético, ese quite que haces con los versos centrales: "Me inyecto el olvido..." con el que has logrado la sorpresa y la emoción en este lector y has traído a tu visión urbana, muy característico de tu poética, el devenir de la naturaleza, de lo cotidiano.
Un cordial saludo

Un magnífico poema que da placer su lectura, contemplando la exquisitez de sus letras, Como dice el amigo, la parte central, me lo dice todo.

Un abrazo desde mi isla.

José Manuel F. Febles

Israel, esta lluvia roja nos toca con mucha fuerza, nos vuelve a bautizar desde tu palabra brillante. Aciertos y más aciertos, las referencias, la atmósfera, los rincones que parecen encenderse en cada verso para envolvernos en seductora y buena poesía.

Gracias sempre por estar, amigo; abrazo de los grandes.

Creo me ha coincido un par de veces estas lluvias de barro, una en Madrid y otra en Mallorca. Al leer el poema, he vuelto a tener aquellas extrañas sensaciones.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Muy bello trabajo de Israel.

Una lluvia roja que nos arrastra con todo su poder evocador, con toda su fuerza.

Un placer dejarse envolver por tu magnífica poesía, Israel.

Abrazos.

Pablo Ibáñez escribió:Israel,

me encanta, amigo. Creo que con pocas palabras atrapas un ambiente de manera muy eficaz. El Madrid de andar por casa se inunda de sustancias peligrosas de otros mundos. La lluvia de barro, los susurros huidos de Samarcanda, la amapola en vena... Los detalles completan un conjunto de rara y potente belleza, muy original.

A mí me gusta mucho.
Un abrazo.

Gracias Pablo, siempre es un privilegio contar con tus lecturas y con tus comentarios.

Un abrazo, compañero.

Marisa Peral escribió:

Israel Liñán escribió:
Hermosa y poética forma de contarnos cómo un día amaneció Madrid con la lluvia roja del desierto.
Me ha gustado mucho Israel, es como un vuelo psicodélico.
Abrazos.

Gracias Marisa, un fuerte abrazo.

Armilo Brotón escribió:Fantástico, muy poético, ese quite que haces con los versos centrales: "Me inyecto el olvido..." con el que has logrado la sorpresa y la emoción en este lector y has traído a tu visión urbana, muy característico de tu poética, el devenir de la naturaleza, de lo cotidiano.
Un cordial saludo

Gracias Armilo por tus palabras.

Un saludo.

José Manuel F. Febles escribió:Un magnífico poema que da placer su lectura, contemplando la exquisitez de sus letras, Como dice el amigo, la parte central, me lo dice todo.

Un abrazo desde mi isla.

José Manuel F. Febles

Gracias José Manuel.

Un abrazo, compañero.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Israel, esta lluvia roja nos toca con mucha fuerza, nos vuelve a bautizar desde tu palabra brillante. Aciertos y más aciertos, las referencias, la atmósfera, los rincones que parecen encenderse en cada verso para envolvernos en seductora y buena poesía.

Gracias sempre por estar, amigo; abrazo de los grandes.

Hallie siempre es una alegría para mi leer un comentario tuyo.

Un abrazo hacia la tierra de los tulipanes.

J. J. M. Ferreiro escribió:Creo me ha coincido un par de veces estas lluvias de barro, una en Madrid y otra en Mallorca. Al leer el poema, he vuelto a tener aquellas extrañas sensaciones.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Y cómo te dejan el coche

Gracias por tus palabras J.J.

Un abrazo.