Editorial Alaire

Ahora te veo más claro,
muchísimo más claro sin las gafas
Te me asemejas mucho
a un vaso de cristal con ralladuras
de esos de Duralex de mala clase
que se hacen mil añicos si se rompen.
Nunca supiste amigo mis tendencias
a esos cristales puros de Bohemia
que cantan sin esfuerzo a los pellizcos
y te regalan ruidos sorprendentes
al roce de una uña bien pintada.
Deja de molestarme
con cantos de un cristal de clase baja.
Ya he vuelto a mi mitad, a mi quietud,
a la pureza enorme de cualquier transparencia.

Impecable, Amparo. Lectura armoniosa y un juego sorprendente de metáforas.
Salud.

Amparo Bletisa,

Mejor no se puede decir... un vidrio por mucho que se temple no se convierte en cristal... y los sentimientos saben de eso mejor que nadie. Un placer pasar a leerte.
Abrazos,
Norma

sería una delicia escuchar en tu voz
esta magnífica entrega, no se como me llegó
un audio donde recitabas y lo escuché
varias veces

te mando un abrazo


.

Cuánta razón, Amparo.

Te apunto una palabrilla por la que yo, si fuera mío, cambiría ese primer 'ruido', y no porque las copas de Bohemia tañan sonidos inesperados al rozarlas, sino porque ruido lo harán, como bien dices los vasos de Duralex ( y eso que... cachis... a mí me gusta tomar el café en vaso), sino porque -maniática que es una- hay dos 'ruidos' demasiado cercanos.

Mejor sola que mal acompañada : )

Consigues hacerme pensar. Siempre lo consigues. Gracias.

Blanca

Amparo Bletisa escribió:Ahora te veo más claro,
muchísimo más claro sin las gafas
Te me asemejas mucho
a un vaso de cristal con ralladuras
de esos de Duralex de mala clase
que se hacen mil añicos si se rompen.
Nunca supiste amigo mis tendencias
a esos cristales puros de Bohemia
que cantan sin esfuerzo a los pellizcos
y te regalan ruidos sorprendentes
al roce de una uña bien pintada.
Deja de molestarme
con ruidos de un cristal de clase baja.
Ya he vuelto a mi mitad, a mi quietud,
a la pureza enorme de cualquier transparencia.

Amparo Bletisa escribió:Ahora te veo más claro,
muchísimo más claro sin las gafas
Te me asemejas mucho
a un vaso de cristal con ralladuras
de esos de Duralex de mala clase
que se hacen mil añicos si se rompen.
Nunca supiste amigo mis tendencias
a esos cristales puros de Bohemia
que cantan sin esfuerzo a los pellizcos
y te regalan ruidos sorprendentes
al roce de una uña bien pintada.
Deja de molestarme
con ruidos de un cristal de clase baja.
Ya he vuelto a mi mitad, a mi quietud,
a la pureza enorme de cualquier transparencia.

Un diáfano poema, con ruidos de cristales al acecho y una voz fluida entre los versos. Un abrazo, Eduardo

Reconozco que éste me ha gustado más que otros que te había leído, que me parecieron..., cómo decirte, demasiado "cotidianos" (creo que te sienta bien este tono, más "serio"). Un poema en torno a un concepto nítido, donde no sobra nada (o, acaso, lo que te señala Blanca, aunque tampoco estoy muy seguro de ello).

En fin, que me ha encantado pasar por tu Bohemia.

Un abrazo,

Esteban

Me salto el orden para decirle a Blanca que tiene razón y que con frecuencia hago demasiado "ruido"
Gracias Blanca.

Vuelvo a saltarme el orden.

Yo soy cotidiana Esteban y además no soy poeta.
Esto que te digo no es modestia de una imbelcil entre dientes ni zarandajas que pretende ser poeta: Conozco mis limitaciones .
Es una constancia y hasta el más torpe lo ha podido constatar
Me gustaría serlo y no sabes cómo me gustaría serlo pero...

Gracias.

Julio González Alonso escribió:Impecable, Amparo. Lectura armoniosa y un juego sorprendente de metáforas.
Salud.

Como ves Julio no es impecable pero a mi me gusta que te lo parezca.
Un fuerte abrazo.

Norma, los sentimientos saben más de nada ni de nadie que todas las cosas.

Alonso de Molina escribió:sería una delicia escuchar en tu voz
esta magnífica entrega, no se como me llegó
un audio donde recitabas y lo escuché
varias veces

te mando un abrazo


.

Me gusta poner voz a los poemas que más me gustan pero nunca lo hago con los míos por que no es cuestión de perder el tiempo. Yo ya me "sé"]
Si quieres no tienes más que enviarme uno y le pongo voz.

Gracias Alonso.

Gracias Eduardo. me animan comentarios como el tuyo a seguir en el intento de aprender a decir.

Muy hermoso poema, amiga Amparo.
Ha sido un placer leerte.
Un fuerte abrazo.

¡Amparo! Qué alegría volver a leerte con esa mezcla de valentía y feminidad.
Tu poesía es rica en ritmo y metáforas potentes.
Me encanta volver, me encanta...

Un abrazote