Editorial Alaire

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No merece que un poema como este caiga lentamente al fondo esperando un comentario. Me parece un poema inteligente y profundo y ese verso final aún resuena en mi mente. Te felicito.
Un abrazo, Manuel
J. Manuel

Es necesaria la espera si conviene saber en qué consiste que el aire de la vida circule en dirección sacrificada.
El tiempo requiere tiempo para dilucidar si tenemos voluntad propia para decidir si nos fíamos de nosotros.

Alguna introspección en tu poema mueve coordenadas que dan vigor a los sentidos y fluidez a la metáfora.

un abrazo

jose manuel saiz escribió:No merece que un poema como este caiga lentamente al fondo esperando un comentario. Me parece un poema inteligente y profundo y ese verso final aún resuena en mi mente. Te felicito.
Un abrazo, Manuel
J. Manuel

José Manuel, te agradezco el tiempo que has dedicado a este poema, tus palabras.

Un fuerte abrazo

Hermoso trabajo de Manuel.

[quote="Manuel Sánchez"]



En mi patria no había mariposas, ni fechas que fijasen los días de clemencia. No supe

que eran ruinas de diamante las hipotecas lentas que esperaban mi turno, hasta que

en una higuera de verano, vi cómo los gorriones se comían las promesas prescritas, a

la sobra de un vano tendido de pared.


Cuando vuelva el invierno volverán a ser ráfagas los potros de un

murmullo, y habrá en el aire un sitio para mí.


Otro de tus poemas imprescindibles, Manuel.
Y estos versos que dejo me parecen una delicia poética.
Abrazo grande.

Guillermo Cuesta escribió:Es necesaria la espera si conviene saber en qué consiste que el aire de la vida circule en dirección sacrificada.
El tiempo requiere tiempo para dilucidar si tenemos voluntad propia para decidir si nos fíamos de nosotros.

Alguna introspección en tu poema mueve coordenadas que dan vigor a los sentidos y fluidez a la metáfora.

un abrazo

Guillermo, mi agradecimiento por tu elocuente comentario.

Un fuerte abrazo.

Marisa Peral escribió:

Manuel Sánchez escribió:


En mi patria no había mariposas, ni fechas que fijasen los días de clemencia. No supe

que eran ruinas de diamante las hipotecas lentas que esperaban mi turno, hasta que

en una higuera de verano, vi cómo los gorriones se comían las promesas prescritas, a

la sobra de un vano tendido de pared.


Cuando vuelva el invierno volverán a ser ráfagas los potros de un

murmullo, y habrá en el aire un sitio para mí.


Otro de tus poemas imprescindibles, Manuel.
Y estos versos que dejo me parecen una delicia poética.
Abrazo grande.

Marisa, eso de los desahucios de la gente sorprendida por el cambio económico, es lo que tiene. Yo afortunadamente, no tengo hipotecas que pagar.
Me alegra mucho que te hayas pasado un momento agradable leyendo este poema. Y naturalmente te agradezco infinitamente lo que me dices, aunque puedes estar segura de que mucha gente no coincidirá con tu opinión.

Te dejo un fuertísimo abrazo.

Ya sabes que me gusta como escribes. Un poema redondo, bello.
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Ya sabes que me gusta como escribes. Un poema redondo, bello.
Abrazos
Pilar

Ya, ya lo sé, Pilar. Muchas gracias.

Un fuerte abrazo.

Hermoso ritmo que envuelve el azul de la existencia dejándola en suspenso en el invierno prometido donde las ráfagas de los potros de un murmullo.
Un abrazo

xaime oroza carballo escribió:Hermoso ritmo que envuelve el azul de la existencia dejándola en suspenso en el invierno prometido donde las ráfagas de los potros de un murmullo.
Un abrazo

Muy agradecido, Xaime. Te dejo un abrazo fuerte.