Editorial Alaire

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En el skyline, a solas, con algunas cervezas de menos. El bar no puede mitigar la necesidad
de control, pasa de su exigencia, prologa una y otra vez la despedida. El vacío, la magnitud
de una posible caída, el soplido constante del temor. Un hombre con su milagro ataviado de
preguntas, con sus escarceos fatales.

Podrías rendirte ante el brillo de la suerte, retroceder ante el sabotaje de la cognición.

¿Es éste el amante entregado que planea huir? ¿el mismo que se acomoda tras las cortinas
para olvidar? ¿Eres tú, quién hace del viento helado una cornisa para cortar los hilos?
Deberías saber que con la felicidad no se juega, faltarle el respeto es imperdonable.


Imperdonable, desde luego, y ya va la noche refrescando. Una brisa enmohecida desciende
desde la lejana sierra, atraviesa los bloques de hormigón enardecido y secciona la terraza
entreabierta. ¡Cuánto tarda el servicio de habitaciones! Como se demore mucho no llegará a
tiempo de significar la salvación imprevista, la excusa que necesita todo suicida tembloroso
para ensamblarse a la vida. Aquella camarera tan sonriente, la bandeja azul, la botella de
Martini rojo con una imperfección en la boca, la tapa de aceitunas de Campo Real en plena
australidad…

Todo ello, todo, era una señal muy clara del destino.

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Hallie Hernández
Pablo Ibáñez

la tapa de aceitunas de Campo Real en plena australidad… Hermosísima referencia.

Aquí la óptica se afina muchísimo; respaldas el flash que intento crear con detalles muy plásticos y certeros.

Abrazo y felicidad, querido amigo.

Un texto lleno de "urbanidad" y que describe con mucha belleza esa soledad, de espera, de un mundo que está afuera y que parece entrar por las rendijas que deja una vida que se escapa por una ventana ocasional y desconocida.
Me encanta esta inciativa vuestra, y la aplaudo queridos amigos (y os reconozco a cada uno)
Abrazos

Ventura Morón escribió:Un texto lleno de "urbanidad" y que describe con mucha belleza esa soledad, de espera, de un mundo que está afuera y que parece entrar por las rendijas que deja una vida que se escapa por una ventana ocasional y desconocida.
Me encanta esta inciativa vuestra, y la aplaudo queridos amigos (y os reconozco a cada uno)
Abrazos

Muchas gracias, querido Ventura; estos textos son producto de la imaginación conjunta. Sí, humanos e imperfectos, escenarios y emociones miran desde arriba, dudando, existiendo...

Un honor siempre tu empática mirada.

Abrazo fuerte.

Hallie Hernández Alfaro escribió://

En el skyline, a solas, con algunas cervezas de menos. El bar no puede mitigar la necesidad
de control, pasa de su exigencia, prologa una y otra vez la despedida. El vacío, la magnitud
de una posible caída, el soplido constante del temor. Un hombre con su milagro ataviado de
preguntas, con sus escarceos fatales.

Podrías rendirte ante el brillo de la suerte, retroceder ante el sabotaje de la cognición.

¿Es éste el amante entregado que planea huir? ¿el mismo que se acomoda tras las cortinas
para olvidar? ¿Eres tú, quién hace del viento helado una cornisa para cortar los hilos?
Deberías saber que con la felicidad no se juega, faltarle el respeto es imperdonable.


Imperdonable, desde luego, y ya va la noche refrescando. Una brisa enmohecida desciende
desde la lejana sierra, atraviesa los bloques de hormigón enardecido y secciona la terraza
entreabierta. ¡Cuánto tarda el servicio de habitaciones! Como se demore mucho no llegará a
tiempo de significar la salvación imprevista, la excusa que necesita todo suicida tembloroso
para ensamblarse a la vida. Aquella camarera tan sonriente, la bandeja azul, la botella de
Martini rojo con una imperfección en la boca, la tapa de aceitunas de Campo Real en plena
australidad…

Todo ello, todo, era una señal muy clara del destino.

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Hallie Hernández
Pablo Ibáñez

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Amos textos de buena factura rítmica, bien urdidos hasta los respectivos finales, muy ingeniosos. La soledad en un atavío urbanita, el bar, el hotel... bien podrían componer una obra maestra de Hopper.
Ha sido un placer, amigos Hallie y Pablo. Enhorabuena por esta hermosa asociación.
Abrazos.

Rafel Calle escribió:

Hallie Hernández Alfaro escribió://

En el skyline, a solas, con algunas cervezas de menos. El bar no puede mitigar la necesidad
de control, pasa de su exigencia, prologa una y otra vez la despedida. El vacío, la magnitud
de una posible caída, el soplido constante del temor. Un hombre con su milagro ataviado de
preguntas, con sus escarceos fatales.

Podrías rendirte ante el brillo de la suerte, retroceder ante el sabotaje de la cognición.

¿Es éste el amante entregado que planea huir? ¿el mismo que se acomoda tras las cortinas
para olvidar? ¿Eres tú, quién hace del viento helado una cornisa para cortar los hilos?
Deberías saber que con la felicidad no se juega, faltarle el respeto es imperdonable.


Imperdonable, desde luego, y ya va la noche refrescando. Una brisa enmohecida desciende
desde la lejana sierra, atraviesa los bloques de hormigón enardecido y secciona la terraza
entreabierta. ¡Cuánto tarda el servicio de habitaciones! Como se demore mucho no llegará a
tiempo de significar la salvación imprevista, la excusa que necesita todo suicida tembloroso
para ensamblarse a la vida. Aquella camarera tan sonriente, la bandeja azul, la botella de
Martini rojo con una imperfección en la boca, la tapa de aceitunas de Campo Real en plena
australidad…

Todo ello, todo, era una señal muy clara del destino.

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Hallie Hernández
Pablo Ibáñez

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Amos textos de buena factura rítmica, bien urdidos hasta los respectivos finales, muy ingeniosos. La soledad en un atavío urbanita, el bar, el hotel... bien podrían componer una obra maestra de Hopper.
Ha sido un placer, amigos Hallie y Pablo. Enhorabuena por esta hermosa asociación.
Abrazos.

Rafel, amigo, muchas gracias por tus reflejos; estos Focos son un intento de acercarnos a las zonas humanas, tan bien estructuradas, tan resistentes, tan defensivas..., y a la vez tan llenas de riquísimos matices.

Abrazos y felices horas de domingo.