Editorial Alaire

No entiendo que digan que dicen que es muy sencillo
comprender el modo que por un alambre asome mi cara,
o suene la voz,
o baile el platillo
y que tú la veas y oigas
el tono en Fa o Si menor del señor que anuncia una lavadora.

No entiendo que toque las teclas y tú me respondas a miles de años
en medio segundo,
que ponga una foto,
que asome el zapato,
éste, sí, el rojo con lazo de fresa,
por un artefacto pequeño y
redondo y creas que ves,
pestañas y todo mi rostro en rubio.

Y encima me digas que eres ateo.

¡¡ Pues hijo... !!!



( Pues realmente se necesita una fe tremenda, más que la de San San Santisimo San Jose (el santo más santo de todos los santos) para creer en los gigas, en los megas en los bits y demás gaitas, en una nube que todo lo tiene y que nada vemos, eso no hay que olvidarlo ¿vale? Pues si me dices que eres ateo encima ... oye, que cada uno es como es eh? como si quieres ser marciano. Yo te respeto siempre. Vale hoy Alicante es noche calma y limpia en su mediterráneo)

Qué idea excelente, Concha; y que bien lo llevas hasta ese final inteligente.

Tiene que haber Dios en esos asuntos, tiene que haberlo.

Felicitaciones y un abrazo.

De sencillo, nada. Un gran interrogante se cierne sobre nuestros tejados. Un placer leerte
Besos
Pilar

Bella reflexión, en tu forma de expresar el poema -..... es verdad ¿ cómo se puede ser ateo?
Un abrazo
Maria

Querida Concha:
¡Qué alegría me ha dado el ver que aún te acuerdas de mí hasta el punto de rescatar de las simas del foro ese poema de "La búsqueda"! Yo también me acuerdo de ti y del placer que tuve de conocerte en aquel caluroso atardecer en Madrid, los dos tan lejanos de nuestro mar.
El poema que traes hoy es precioso. Creo que quien se proclama ateo exhibe una fe análoga a la que posee quien se siente budista o de cualquier otra creencia. También creo que a Dios hay que buscarlo haciendo un esfuerzo mental. Hay que buscarlo en lo inmaterial, en lo inmóvil, en lo infinito en el tiempo y el espacio, sin hacer caso a las tentaciones de crear un Dios antropomórfico.
Tu poema, con tu proverbial sencillez, pone de manifiesto algo de eso que he dicho. Yo te aplaudo este poema y aplaudo tu estilo poético, tan bello.
Un abrazo, querida amiga.
Jerónimo

Me quedo con la noche de Alicante a fuer de ser ateo y complicarme la vida con sortilegios digitales. Un placer de lectura, Concha
Un abrazo

Qué bien que se portó apaciaguador el Santísimo San José de vuestros levantinos autos.
Se presenta ex- hausto, pero protegido por ti el poema, aunque vas a tener que dar los tonos en mayor,
no vaya a ocurrir que no se sepa qué pasa con la tecla que acusa al dedo.

Nadie sabe decir ateo sin pensar en dios; aunque sea sin querer saber quién fue, quién es o quién será en las eternidades venideras.

Despierto esté el Mediterráneo cuando duerman las pestañas de tu rostro rubio .

Hallie Hernández Alfaro escribió:Qué idea excelente, Concha; y que bien lo llevas hasta ese final inteligente.

Tiene que haber Dios en esos asuntos, tiene que haberlo.

Felicitaciones y un abrazo.

----------------------------------------------------------------------------------------

Yo así lo creo hija, la verdad.
Me parece más sencillo creer en EL que en "la nube".
Abrazos marinos y gracias.

Hermoso trabajo de Concha.

Pilar Morte escribió:De sencillo, nada. Un gran interrogante se cierne sobre nuestros tejados. Un placer leerte
Besos
Pilar

----------------------------------------------------------

Pilar, gracias por comprender.
Abrazos.

Inteligente planteamiento el de estos versos que se pasean por alambres colgados de una nube invisible. Y tan marina toda.
Un abrazo.
Pepa

Pilar Morte escribió:De sencillo, nada. Un gran interrogante se cierne sobre nuestros tejados. Un placer leerte
Besos
Pilar

---------------------

Besos Pilar, sobre la fe... cada uno es cada uno, la verdad. Y lo de la nube y los gigas tiene mucha tela.
Abrazos mediterráneos.

Chispeante modo para dejar escapar un pensamiento querida amiga...
Muy grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Qué ocurrente, Concha. Saludos.

Siempre es una agradable sorpresa leer uno de tus poemas. Aquí has planteado una reflexión seria, sin abandonar tu estilo de finísimo humor. Me he sentido complacido. Salud.

Un abrazo.
Óscar