Editorial Alaire

[Al Cristo de Velázquez


Sobre vítrea pupila muerte leve,
un párpado cayendo mortecino,
y sobre ellos un velo, tu divino
cabello, en mórbido fanal de nieve.

Sobre tu carne de marfil relieve,
que suave al pulso se avecina, un fino
hilo de sangre mártir en camino
al vino eterno de la vida breve.

Pues breve fue, Señor, la que nos diste,
¿o tal vez sueño?, deja que despierte,
que callando se vaya sueño o vida.

Y si despierto estoy, porque quisiste,
será que estaré muerto sin tenerte,
que vida y muerte son la misma herida

Impresionante, Francisco.


Aplausos. Muchos.


Blanca

Francisco Lobo escribió:[Al Cristo de Velázquez


Sobre vítrea pupila muerte leve,
un párpado cayendo mortecino,
y sobre ellos un velo, tu divino
cabello, en mórbido fanal de nieve.

Sobre tu carne de marfil relieve,
que suave al pulso se avecina, un fino
hilo de sangre mártir en camino
al vino eterno de la vida breve.

Pues breve fue, Señor, la que nos diste,
¿o tal vez sueño?, deja que despierte,
que callando se vaya sueño o vida.

Y si despierto estoy, porque quisiste,
será que estaré muerto sin tenerte,
que vida y muerte son la misma herida

Francisco Lobo,

Sencillamente magistral...
Maestro, gracias


Un abrazo fuerte

Un soneto conmovedor, amigo Francisco.

Yo, como soy del gremio, he disfrutado mucho de los recursos técnicos empleados. El soneto no presenta flancos débiles, sino que se apelmaza en un todo de gran inspiración.

Un abrazo,

Esteban

Una pasada de soneto, Paco, tiene de todo, exterior e interior.

El segundo cuarteto es de antología, siempre desde mi escaso conocimiento, pero antológico, sin lugar a dudas.


Sobre tu carne de marfil relieve,
que suave al pulso se avecina, un fino
hilo de sangre mártir en camino
al vino eterno de la vida breve.

Qué maravilla! Si Velazquez levantara la cabeza se emocionaría.



Un abrazo.

Luis Oroz.

el segundo cuarteto, el cierre
del último terceto, todo el soneto
un poema con texto desenvuelto y
de lectura ágil, placentera y amable

mi aplauso don Paco


.

Impresionante y, como dice Luis, si Velázquez se levantara seguro que se iba a emocionar profundamente.
Me quedo con los dos tercetos y sobre todo con el final tan sabios y certeros.


Un beso que te llegue al corazón

Ana

Había tenido la oportunidad de gozar la estética de este excelente soneto, Don Paco, pero otra vez me conmuevo en su hondura y en su belleza. Un gusto la lectura y detención en su obra.

Mi abrazo fraterno desde Chile, Benjamín.

Con tus versos me hiciste recordar a los que el maestro Unamuno escribió al mismo cuadro:

"¿En qué piensas tu, muerto, Cristo mío?
¿Por qué ese velo de cerrada noche
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno cae sobre tu frente?
Miras dentro de ti donde está el reino
de Dios; dentro de ti donde alborea
el sol eterno de las almas vivas.
Blanco tu cuerpo está como el espejo
del padre de la luz, del sol vivífico;
blanco tu cuerpo al modo de la luna
que muerta ronda en torno de su madre
nuestra cansada vagabunda tierra..."

Bueno no me extiendo más.
Me pareció estupendo.
Saludos.
Amparo

Siempre tienes toda la razón. Para mí, todos los días son Pascuas. Es de lo mejor que leí en ésta página.
Un abrazo y un beso.

No me gustaban los sonetos, Francisco.

Ahora sí. Me gustan. Un abrazo.

Lisandro

Impresionante soneto, Francisco:

Clásico, elegante y lleno de fervor.

Enhorabuena
Un abrazo
Ana