Editorial Alaire

FALLO


Fallo en esta hora en la que se esconden todas las fórmulas. En esta soldada táctica de tener edad. Fallo también en las formas en que cortan o doblan los tallos al silencio. Fallo en tu amor, en tu espera, en el abandono que se autocrea distante de mí. Roo en fallos que bajan a mi memoria, mientras a la gacela se le muerde perfectamente el cuello. Pasa entonces que sujeto lugares desconocidos para nunca partir. Y en esa embriagada esencia de aromas que llevas aplaudiendo pongo a excavar mis posos de vinagre aventurero.
Fallo porque guardé mi cuerpo en nombres radioactivos, en los países donde se suda ausencia, en los acentos de las palabras que faltan y fallan.
Fallo porque el eco de las murallas descascada voces de lluvia, fallo en pieles muertas.
La autopsia de la mirada está en lo lejano de los gritos, en los muros -me sopla mi giro favorito-, en la vuelta que dio el amor desgarrando las columnas donde levantábamos el trigo y el aire invocado de Vulcano, y finalmente uno desciende más que tú en los fallos de la batalla.
Padre olvidado: la médula se descascara desde el olvido subterráneo donde escondieron tu voz, no olvides las calles, no olvides las cartas, no olvides que nací del frío.
Adentrémonos en los pliegues donde el silencio invoca tu voz.
Paulo San Páris.

Soberbia cascada de belleza e ingenio. Ese "finalmente uno desciende más que tú en los fallos de la batalla" se me hace hueso sobre el que me gira todo el poema.

Enhorabuena.

Hasta pronto.

Impresionante. Siento que debo ubicarlo en una imagen, porque deja sin palabras; he visto, tras leerlo, un árbol tendiendo sus ramas, hacia arriba todas, en un sólo movimiento, rabioso, para después dejarlas caer, con la serenidad del que ha tocado, sin arrrancar, sin llevarse nada, ha tocado. Un abrazo.

Sòlo me queda aplaudirte ante toda la belleza que desplegàs mi querido Paulo, besos.