Editorial Alaire

Piénsate obelisco, si así calmas la angustia, mientras presencias tu propia muerte
a la postre nadie admira a quien se sabe muerto, sin embargo, tu ausencia es digna
si me remito al tiempo y digo tus últimas palabras sin pensar en ti, y te sorprendo
por el sol, el viento y la lluvia, todos ellos pacientes, labrando tu misma impaciencia,
con el arado de las olas y la risa de la espuma: un erosionado mar por los espejos
amando tu propio cansancio, la obstinada existencia
que se resiste a morir.

Te convertirte en Obelisco, para sentir el paso del tiempo y ser lo que piensa.
Muy bello
Buen domingo
Maria

Bella reflexión sobre el obelisco. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Una bella prosa poética que me recuerda a Aleixandre y el 27. Es dicente, y es difícil hacer que las palabras digan tanto en tan poco.
Me ha encantado.
Jerónimo

Sube para deleite de todos.

Abrazo grande, querido poeta; feliz de volver a leerte.

Hermoso trabajo de Raúl.

La prosa se hace requisito necesario para dejar y censar una dedicatoria en el monumento de prestigio
que conforma la acción constructiva de un movimiento de gesto fi¡dedigno.

un abrazo

Interesantes letras, entre la vida y la muerte y la dignidad de ser.
Un placer leerte, Raúl.
Abrazo

Interesante esta prosa poética que nos dejas Raúl. Me gustó y disfruté leyendo

saludos

rafael