La Razón de Epicuro
Publicado: Mié, 08 Mar 2017 16:33
Prescindiendo de acepciones, exonera, estimula, emula, enumera, vitupera a un prócer.
Epigramas sin remisión, un taxímetro, un texto antiguo, un decir, un proceder, una plaqueta, un centro de mesa, un álamo enardecido.
Un supernumerario, Diógenes Laercio, entre paréntesis, sin consideraciones, y si me apuras, un pormenor, Nosífanes de Teos, (Alemania rompe aguas, lanzas El Hospital del Órbigo).
Una sola baja, una sola, bajo ningún concepto, un filósofo agregado en el 36, un programa, un ventrículo espectacular, un calidoscopio, un fémur, un epíteto, ( prefería las grabaciones de Samos, a Tristán de Bohemia), 341 coitos indicando con el índice la disertación de la lógica.
Don Juan, por los siglos, de los siglos, pierde los papeles, el tercer grado, el cauteloso respeto social por el inglés, por la corona. Toque de queda, cesan a Príamo, una góndola de lagartera.
Mariano Andrés disfruta de un Domingo (de Ramos), una Subdelegación, exceptuando el extravío de las cartas, insospechadas imágenes inéditas, ampliaciones, revelados de Carmen González, impresionantes oblaciones, propuestas de aforismos, Casas Muertas.
Tuve la ocasión de que, Miguel Otero Silva, en la prolífica disposición de octubre, esta vez, participara.
Circunstancial reposición de un tríptico, convento franciscano, regimiento semental, hospital de peregrinos, hostal, parador turístico, órgano de San Marcos, autos, roles y legumbres, y a través de Lucrecio, un término, un pronunciamiento, la renovación de la libertad, la vida intrauterina por un matasellos, un cuello, por ejemplo, Calón, un transformador, el atomismo de Demócrito, (irrumpe violentamente en la redacción, Wilfred Thesiger, rehabilitado del Camino Francés).
No existe el determinismo, Oliegos es Altaïr, Magaz de la Cepeda, pistilos la Nacional 120, costillas el anfiteatro, el célebre Emperador Carlos V.
Alvéolos, plasma, víveres y balaustres, como principal criterio del conocimiento, la mirada de un estoico esclavo, liberto de Nicópolis, una trama, un conato de hiato, sobresee ligamentos, un hospicio, un asedio, una espera, la alcoba de Ana Girón de Rebolledo.
Para vivir felices, vivamos recluidos en Epiro, en las colinas ecuestres de Suntra, Hierro se pasa a Nueva York, la razón empieza por no ser razón, Epicteto, como mínimo Nivea, el principio y el fin, Crísopo, un símil, el estoicismo, un consorcio, una inesperada y supervisada conclusión, El Jardín, la experiencia que precede, como la del amor, a una lengua de mar, una lengua de fuego, una lengua en salsa tártara, un supuesto Eurípides, un ticket validado de el Corte Inglés.
Epigramas sin remisión, un taxímetro, un texto antiguo, un decir, un proceder, una plaqueta, un centro de mesa, un álamo enardecido.
Un supernumerario, Diógenes Laercio, entre paréntesis, sin consideraciones, y si me apuras, un pormenor, Nosífanes de Teos, (Alemania rompe aguas, lanzas El Hospital del Órbigo).
Una sola baja, una sola, bajo ningún concepto, un filósofo agregado en el 36, un programa, un ventrículo espectacular, un calidoscopio, un fémur, un epíteto, ( prefería las grabaciones de Samos, a Tristán de Bohemia), 341 coitos indicando con el índice la disertación de la lógica.
Don Juan, por los siglos, de los siglos, pierde los papeles, el tercer grado, el cauteloso respeto social por el inglés, por la corona. Toque de queda, cesan a Príamo, una góndola de lagartera.
Mariano Andrés disfruta de un Domingo (de Ramos), una Subdelegación, exceptuando el extravío de las cartas, insospechadas imágenes inéditas, ampliaciones, revelados de Carmen González, impresionantes oblaciones, propuestas de aforismos, Casas Muertas.
Tuve la ocasión de que, Miguel Otero Silva, en la prolífica disposición de octubre, esta vez, participara.
Circunstancial reposición de un tríptico, convento franciscano, regimiento semental, hospital de peregrinos, hostal, parador turístico, órgano de San Marcos, autos, roles y legumbres, y a través de Lucrecio, un término, un pronunciamiento, la renovación de la libertad, la vida intrauterina por un matasellos, un cuello, por ejemplo, Calón, un transformador, el atomismo de Demócrito, (irrumpe violentamente en la redacción, Wilfred Thesiger, rehabilitado del Camino Francés).
No existe el determinismo, Oliegos es Altaïr, Magaz de la Cepeda, pistilos la Nacional 120, costillas el anfiteatro, el célebre Emperador Carlos V.
Alvéolos, plasma, víveres y balaustres, como principal criterio del conocimiento, la mirada de un estoico esclavo, liberto de Nicópolis, una trama, un conato de hiato, sobresee ligamentos, un hospicio, un asedio, una espera, la alcoba de Ana Girón de Rebolledo.
Para vivir felices, vivamos recluidos en Epiro, en las colinas ecuestres de Suntra, Hierro se pasa a Nueva York, la razón empieza por no ser razón, Epicteto, como mínimo Nivea, el principio y el fin, Crísopo, un símil, el estoicismo, un consorcio, una inesperada y supervisada conclusión, El Jardín, la experiencia que precede, como la del amor, a una lengua de mar, una lengua de fuego, una lengua en salsa tártara, un supuesto Eurípides, un ticket validado de el Corte Inglés.