Editorial Alaire

Antonio Satír escribió:No has cerrado tus ojos padre,
viajaste de tan lejos que tus manos
aun continúan sembrando el camino.
Todo lo visible lo debemos a tu vieja antorcha,
esa que de niños usamos para no perdernos,
la misma que hasta entonces
quema las piedras y el silencio.
Porque nunca olvidaste
desabrochar los botones de la rosa
y tostar de las maravillas el fruto,
todo se levantaba
cuando tus pestañas tocaban el suelo.
Las polillas te buscaban,
giraban a tu lado
porque eras toda la luz!
bajabas de los andamios azules
puliendo el cristal de la uva,
acomodando los huevos del zorzal,
evaporando la bruma
que acongoja a la siembra.
Porque siempre fuiste con tu pala de fuego
cavando el frío,
porque siempre traes la primavera
para que vuelen nuestros pájaros.

Óscar Distéfano escribió:

Antonio Satír escribió:No has cerrado tus ojos padre,
viajaste de tan lejos que tus manos
aun continúan sembrando el camino.
Todo lo visible lo debemos a tu vieja antorcha,
esa que de niños usamos para no perdernos,
la misma que hasta entonces
quema las piedras y el silencio.
Porque nunca olvidaste
desabrochar los botones de la rosa
y tostar de las maravillas el fruto,
todo se levantaba
cuando tus pestañas tocaban el suelo.
Las polillas te buscaban,
giraban a tu lado
porque eras toda la luz!
bajabas de los andamios azules
puliendo el cristal de la uva,
acomodando los huevos del zorzal,
evaporando la bruma
que acongoja a la siembra.
Porque siempre fuiste con tu pala de fuego
cavando el frío,
porque siempre traes la primavera
para que vuelen nuestros pájaros.

Precioso poema, toda una estampa de amor y recuerdo. Me ha encantado, me ha emocionado. has logrado metáforas admirables. Un gran aplauso, amigo, por tan honda sensibilidad.

Abrazos.
Óscar

Óscar Distéfano escribió:

Antonio Satír escribió:No has cerrado tus ojos padre,
viajaste de tan lejos que tus manos
aun continúan sembrando el camino.
Todo lo visible lo debemos a tu vieja antorcha,
esa que de niños usamos para no perdernos,
la misma que hasta entonces
quema las piedras y el silencio.
Porque nunca olvidaste
desabrochar los botones de la rosa
y tostar de las maravillas el fruto,
todo se levantaba
cuando tus pestañas tocaban el suelo.
Las polillas te buscaban,
giraban a tu lado
porque eras toda la luz!
bajabas de los andamios azules
puliendo el cristal de la uva,
acomodando los huevos del zorzal,
evaporando la bruma
que acongoja a la siembra.
Porque siempre fuiste con tu pala de fuego
cavando el frío,
porque siempre traes la primavera
para que vuelen nuestros pájaros.

Precioso poema, toda una estampa de amor y recuerdo. Me ha encantado, me ha emocionado. Un gran aplauso, amigo, por tan honda sensibilidad.

Abrazos.
Óscar

Maria Rodriguez escribió:Bello amor al Amado Padre
Me encantó tu poema
Un abrazo
Maria

Antonio Satír escribió:No has cerrado tus ojos padre,
viajaste de tan lejos que tus manos
aun continúan sembrando el camino.
Todo lo visible lo debemos a tu vieja antorcha,
esa que de niños usamos para no perdernos,
la misma que hasta entonces
quema las piedras y el silencio.
Porque nunca olvidaste
desabrochar los botones de la rosa
y tostar de las maravillas el fruto,
todo se levantaba
cuando tus pestañas tocaban el suelo.
Las polillas te buscaban,
giraban a tu lado
porque eras toda la luz!
bajabas de los andamios azules
puliendo el cristal de la uva,
acomodando los huevos del zorzal,
evaporando la bruma
que acongoja a la siembra.
Porque siempre fuiste con tu pala de fuego
cavando el frío,
porque siempre traes la primavera
para que vuelen nuestros pájaros.

Pilar Morte escribió:Un poema que emociona porque lo hace desde el sentimiento más profundo. Me gustó mucho.
Besos
Pilar

xaime oroza carballo escribió:Muy hermoso tu canto, hacía algún tiempo que no llegaba a tu huella, (perdona la desidia, entono el mea culpa). Recio y enternecedor el recuerdo de tu padre. Un lujo de lectura, amigo.
Un abrazo

Pilar Morte escribió:Un poema que emociona porque lo hace desde el sentimiento más profundo. Me gustó mucho.
Besos
Pilar