Editorial Alaire

**

Como si un vórtice de una materia intangible
me absorbiera y por su centro, a la velocidad de la luz
extrañamente mágica del valle de los días, apacible
a mi infancia llegara y mis ojos de nuevo vieran la cruz


de la iglesia, la plaza, el alto mástil de la bandera
del colegio, a Blas voceando: hay el pescado
fresco, y a un niño serio caminando con la cartera
en la mano (siempre fui un ser taciturno) preñado


del hombre que soy, ¿qué le diría?, quizá una sonrisa
de reconocimiento ,acaso :cita la vida desde el estribo,
grita esta boca es mía, camina la senda sin prisa...


Termina la música evocadora.Izo la mirada: quedo estibo
la visión en el palpitante pecho.Asiento. Una callada brisa
ondea el visillo, recojo aire, tenso drizas: pervivo.



**

Me alegra subirte y quitar ese cero que no lo merece. Un poema de recuerdos y vivencias muy agradable.
Besos
Pilar

Entrañable restrospectiva traída al ahora con valentía. Enorme el cierre marinero.
Un abrazo

Muchas gracias, Pilar, por el rescate y celebro que te haya gustado el poema.

Saludos

Te agradezco, Xaime, que hayas pasado por el poema..

Saludos,

Como ejercicio diecisiete lo veo bien amigo. Sobre el contenido aplaudo la introspección que logra disponer de las ideas.
Sin embargo en la forma veo la inconsistencia del ritmo y la medida a rastras de una rima no consolidada ni pudiente.

Hay que probarlo todo y escoger lo que sobresalga. No sé si mi análisis convence. Comparece atento.

un abrazo

Gracias, Guillermo, por pasar y dejar tu penetrante comentario. Lo tendré en cuenta para futuras empresas.

“Ceci n'est pas une pipe"

Saludos,