Editorial Alaire

Ballenas de cristal destrozan el cielo,
devoran la luna fría de febrero,
surcan las radiales con sueños de alquitrán.
Nubes grises de tiempo perdido avanzan
con la amenaza de lluvia fina, negra.
La noche tropieza con el horizonte
perdida en un abismo de soledades,
parto segundos en débiles fragmentos
que se transforman en cien mil prismas de luz,
aspiro cada brizna de falso fuego
con la ingenuidad agarrada al est´´omago,
con la piel yerma, translúcida, fantasmal.
Ya no quedan lágrimas en esta lluvia
ni constantes en las incertidumbres,
sólo corrientes robadas al viento.
Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.
La soledad, desde mi rincón, sumerge
las esperanzas en el tenue aguacero,
atenazo las rodillas - no me adapto-,
me deslizo, triste, por las avenidas.

Lluvia de versos sobre la ciudad, sobre los hierros, las ventanas, las aceras grises, y las grises almas.

Todo un placer abrir este precioso y húmedo poema.

Un abrazo, amigo Israel.

Israel Liñán escribió:
Ballenas de cristal destrozan el cielo,
devoran la luna fría de febrero,
surcan las radiales con sueños de alquitrán.
Nubes grises de tiempo perdido avanzan
con la amenaza de lluvia fina, negra.
La noche tropieza con el horizonte
perdida en un abismo de soledades,
parto segundos en débiles fragmentos
que se transforman en cien mil prismas de luz,
aspiro cada brizna de falso fuego
con la ingenuidad agarrada al est´´omago,
con la piel yerma, translúcida, fantasmal.
Ya no quedan lágrimas en esta lluvia
ni constantes en las incertidumbres,
sólo corrientes robadas al viento.
Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.
La soledad, desde mi rincón, sumerge
las esperanzas en el tenue aguacero,
atenazo las rodillas - no me adapto-,
me deslizo, triste, por las avenidas.

Bellísimas imágenes de la noche urbana que son una constante en tu poética, Israel. Me encanta cómo describes esa soledad.
Felicidades y un abrazo.

Precioso sentir el que aparece en este bello poema.

Un placer estar en tus letras.

Abrazos.

Israel Liñán escribió:Ballenas de cristal destrozan el cielo,
devoran la luna fría de febrero,
surcan las radiales con sueños de alquitrán.
Nubes grises de tiempo perdido avanzan
con la amenaza de lluvia fina, negra.
La noche tropieza con el horizonte
perdida en un abismo de soledades,
parto segundos en débiles fragmentos
que se transforman en cien mil prismas de luz,
aspiro cada brizna de falso fuego
con la ingenuidad agarrada al est´´omago,
con la piel yerma, translúcida, fantasmal.
Ya no quedan lágrimas en esta lluvia
ni constantes en las incertidumbres,
sólo corrientes robadas al viento.
Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.
La soledad, desde mi rincón, sumerge
las esperanzas en el tenue aguacero,
atenazo las rodillas - no me adapto-,
me deslizo, triste, por las avenidas.

Wow, me parece un poema extraordinario en su imaginería, en su total imersión al expresarlas. Muy conseguido, Israel. El poema es de un cohesión impactante, aun así destaco estos versos:

Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.

Abrazos, ERA

Magníficas imágenes adornan este hermoso poema. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Israel Liñán escribió:Ballenas de cristal destrozan el cielo,
devoran la luna fría de febrero,
surcan las radiales con sueños de alquitrán.
Nubes grises de tiempo perdido avanzan
con la amenaza de lluvia fina, negra.
La noche tropieza con el horizonte
perdida en un abismo de soledades,
parto segundos en débiles fragmentos
que se transforman en cien mil prismas de luz,
aspiro cada brizna de falso fuego
con la ingenuidad agarrada al est´´omago,
con la piel yerma, translúcida, fantasmal.
Ya no quedan lágrimas en esta lluvia
ni constantes en las incertidumbres,
sólo corrientes robadas al viento.
Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.
La soledad, desde mi rincón, sumerge
las esperanzas en el tenue aguacero,
atenazo las rodillas - no me adapto-,
me deslizo, triste, por las avenidas.

Hay días lluviosos, y en Santiago más.

Puede llover con un sol espléndido y a 40 grados. Algunos nubarrones tapan el sol de cuajo.

Hay paseos así, justo como describes, y estas tu solo y esas gotas de agua, que parece que nunca va a parar.

"Nunca choveu que non escampara"

Todo pasa.

Has escuchado, chove en Santiago? De luar ma lubre.

Un saludo

J. J. M. Ferreiro escribió:Lluvia de versos sobre la ciudad, sobre los hierros, las ventanas, las aceras grises, y las grises almas.

Todo un placer abrir este precioso y húmedo poema.

Un abrazo, amigo Israel.

Muchas gracias J.J. por acercarte al poema y dejar tus impresiones.

Un abrazo, compañero.

Marisa Peral escribió:

Israel Liñán escribió:
Ballenas de cristal destrozan el cielo,
devoran la luna fría de febrero,
surcan las radiales con sueños de alquitrán.
Nubes grises de tiempo perdido avanzan
con la amenaza de lluvia fina, negra.
La noche tropieza con el horizonte
perdida en un abismo de soledades,
parto segundos en débiles fragmentos
que se transforman en cien mil prismas de luz,
aspiro cada brizna de falso fuego
con la ingenuidad agarrada al est´´omago,
con la piel yerma, translúcida, fantasmal.
Ya no quedan lágrimas en esta lluvia
ni constantes en las incertidumbres,
sólo corrientes robadas al viento.
Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.
La soledad, desde mi rincón, sumerge
las esperanzas en el tenue aguacero,
atenazo las rodillas - no me adapto-,
me deslizo, triste, por las avenidas.

Bellísimas imágenes de la noche urbana que son una constante en tu poética, Israel. Me encanta cómo describes esa soledad.
Felicidades y un abrazo.

Gracias Marisa por tu comentario.

Un abrazo.

Maria Pilar Gonzalo escribió:Precioso sentir el que aparece en este bello poema.

Un placer estar en tus letras.

Abrazos.

Gracias María Pilar, el placer es leer tus impresiones sobre el poema.

Un abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Israel Liñán escribió:Ballenas de cristal destrozan el cielo,
devoran la luna fría de febrero,
surcan las radiales con sueños de alquitrán.
Nubes grises de tiempo perdido avanzan
con la amenaza de lluvia fina, negra.
La noche tropieza con el horizonte
perdida en un abismo de soledades,
parto segundos en débiles fragmentos
que se transforman en cien mil prismas de luz,
aspiro cada brizna de falso fuego
con la ingenuidad agarrada al est´´omago,
con la piel yerma, translúcida, fantasmal.
Ya no quedan lágrimas en esta lluvia
ni constantes en las incertidumbres,
sólo corrientes robadas al viento.
Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.
La soledad, desde mi rincón, sumerge
las esperanzas en el tenue aguacero,
atenazo las rodillas - no me adapto-,
me deslizo, triste, por las avenidas.

Wow, me parece un poema extraordinario en su imaginería, en su total imersión al expresarlas. Muy conseguido, Israel. El poema es de un cohesión impactante, aun así destaco estos versos:

Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.

Abrazos, ERA

Gracias ERA, me alegra mucho recibir tus comentarios.

Un abrazo, compañera.

Pilar Morte escribió:Magníficas imágenes adornan este hermoso poema. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Muchas gracias Pilar.
Besos.

elena morado escribió:

Israel Liñán escribió:Ballenas de cristal destrozan el cielo,
devoran la luna fría de febrero,
surcan las radiales con sueños de alquitrán.
Nubes grises de tiempo perdido avanzan
con la amenaza de lluvia fina, negra.
La noche tropieza con el horizonte
perdida en un abismo de soledades,
parto segundos en débiles fragmentos
que se transforman en cien mil prismas de luz,
aspiro cada brizna de falso fuego
con la ingenuidad agarrada al est´´omago,
con la piel yerma, translúcida, fantasmal.
Ya no quedan lágrimas en esta lluvia
ni constantes en las incertidumbres,
sólo corrientes robadas al viento.
Persigo las miradas a ras de suelo,
catalogo incontables gotas suicidas,
cogen impulso, saltan sobre los coches,
ejecutan bellas figuras en vuelo,
impregnan de aromas ferrosos las calles,
lamen las paredes de los edificios.
La soledad, desde mi rincón, sumerge
las esperanzas en el tenue aguacero,
atenazo las rodillas - no me adapto-,
me deslizo, triste, por las avenidas.

Hay días lluviosos, y en Santiago más.

Puede llover con un sol espléndido y a 40 grados. Algunos nubarrones tapan el sol de cuajo.

Hay paseos así, justo como describes, y estas tu solo y esas gotas de agua, que parece que nunca va a parar.

"Nunca choveu que non escampara"

Todo pasa.

Has escuchado, chove en Santiago? De luar ma lubre.

Un saludo

Gracias por tus palabras.

Me encanta Luar na lubre, y la canción que dices cantada a duo con Ismael Serrano es de mis preferidas, hace que sienta morriña de la terra galega sin ser galego .

Un abrazo.

Conmovedora lluvia que transita cuestionando la soledad y desventura de la vida.
Me ha gustado, Israel.
Un abrazo

Toda fragor y esfuerzo positivando la lucha que la descripción atiende para medrar con el poema y con su autor.

un abrazo