jose manuel saiz escribió:HIERE, DUELE Y PESA
Hay un sitio a donde va
aquello que nunca ha sido:
Las cosas que no se hacen,
las palabras que omitimos
y los sueños no cumplidos.
A lo largo de la vida
el alma se va llenando
de esas cosas que no abarcan,
no hacen sombra ni se miden.
Sin embargo, todos saben,
que al final de nuestros días
aquello que no se hizo
pesa,
las palabras que omitimos
duelen;
hiere un sueño no cumplido.
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Tu hermoso y diciente poema me ha recordado a Silvio Rodríguez, le empecé a escuchar en mi interior cuando leía tus versos que son la esencia de todo lo que late en nuestro corazón. La vida nos lleva por giros y mundos desconocidos, sin embargo, se es la misma esencia pura de aquellos sueños que vienen a ser de agua, muchas veces estancada... Para que nos pesen menos esas palabras que se diluyen en nuestro interior, para que se alivie el dolor, para que se cumplan aquellos sueños de nuestra esencia, tenemos el lente de la poesía, y ahí se van, a un cocimiento, o ebullición, a un desague, a un aguacero que nos rebosa de reflexión, una ablución que poetas como tú nos facilitan.
Adónde van
¿adónde van las palabras que no se quedaron?
¿adónde van las miradas que un día partieron?
¿acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón?
¿o se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor?
¿acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿acaso nunca vuelven a ser algo?
¿acaso se van?
¿y a dónde van?
¿adónde van?
¿en qué estarán convertidos mis viejos zapatos?
¿a dónde fueron a dar tantas hojas de un árbol?
¿por dónde están las angustias, que desde tus ojos saltaron por mí?
¿adónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril?
¿adónde van ahora mismo estos cuerpos, que no puedo nunca dejar de alumbrar?
¿acaso nunca vuelven a ser algo?
¿acaso se van?
¿y a dónde van?
¿adónde van?
¿adónde va lo común, lo de todos los días?
¿el descalzarse en la puerta, la mano amiga?
¿adónde va la sorpresa, casi cotidiana del atardecer?
¿adónde va el mantel de la mesa, el café de ayer?
¿adónde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar?
¿acaso nunca vuelven a ser algo?
¿acaso se van?
¿y a dónde van?
¿adónde van?
Silvio Rodríguez