Editorial Alaire

Me acompaña la lluvia inmóvil, porque aún soy niño
y quiero encender un sueño. La mano de la tata,
los miedos tras las puertas pobladas de voces
cuando los mayores hablan de sus cosas, quizá
de las roturas que los días engendraron en los párpados
alegres. Vendrá la profesora-niña con sus vocales azules
y me cantará los cuentos del invierno, a mí, que no sé
de las heridas ni quiero otro jardín que mi silencio.
¿Tú quién eres, caricia que rocía los lunares de mil
pasillos inacabados, tú que en los alfiles de tus dedos
dejas un polvo de cánticos sobre las paredes dormidas?
Jugaré con las historias del abuelo, un balón rodará
hasta las mejillas de mis años, querrá lamerme los pies
como un gato que amara la fugacidad de la noche. Nada
volverá como nada vuelve al nacimiento de una sonrisa,
solo mis huellas infantiles dibujan hoy el ocaso del tiempo
con sus flores sin aroma o sus fantasmas desnudos.

En este poema todo es valioso, hasta la respiración entre los versos adquiere tonos de maravilla.

Aplausos y mis sinceras felicitaciones, querido amigo.

"La infancia... la verdadera patria perdida", a lomos de tus imágenes viajamos años atrás... cuando el gitano Melquíades nos enseño el hielo.

Todo un placer de lectura, colega Ramón.

Unha forte aperta.

Ramón Carballal escribió:Me acompaña la lluvia inmóvil, porque aún soy niño
y quiero encender un sueño. La mano de la tata,
los miedos tras las puertas pobladas de voces
cuando los mayores hablan de sus cosas, quizá
de las roturas que los días engendraron en los párpados
alegres. Vendrá la profesora-niña con sus vocales azules
y me cantará los cuentos del invierno, a mí, que no sé
de las heridas ni quiero otro jardín que mi silencio.
¿Tú quién eres, caricia que rocía los lunares de mil
pasillos inacabados, tú que en los alfiles de tus dedos
dejas un polvo de cánticos sobre las paredes dormidas?
Jugaré con las historias del abuelo, un balón rodará
hasta las mejillas de mis años, querrá lamerme los pies
como un gato que amara la fugacidad de la noche. Nada
volverá como nada vuelve al nacimiento de una sonrisa,
solo mis huellas infantiles dibujan hoy el ocaso del tiempo
con sus flores sin aroma o sus fantasmas desnudos.

Una referencia al reino que una vez habitamos con un lenguaje personal y directo. Excelente poema, Ramón.
Me ha encantado leerte, amigo.

Recibe un abrazo.
Felipe.

Tu infancia quedó marcada para siempre. Un poema muy hermoso, intimista y cálido que me encantó.
Besos
Pilar

Emocionante y bello, perfectamente hilvanada esa voz infantil que nos lleva de la mano.

Me gustó mucho, Ramón.

Un abrazo.

Me encantó tu recuerdo y espero que quitandote las caretas, puedas ser eternamente niño
Feliz domingo Ramón
Maria

Tremendo poema, tus palabras tan precisas definen sin duda tu buena poesía.
Siempre un placer leerte, Ramón
Felicito tu buen hacer poético.
Un gran abrazo

[quote="Ramón Carballal"][/quote]

Me gustço tu poema, Ramón, recibe mi sincera felicitación. disfruté con su lectura, eres muy buen poeta.

florinda

Un placer acompañarte en esa mirada atrás tan llena de poesía y nostalgia. Belleza para leer.
Un abrazo.
Pepa

Hallie Hernández Alfaro escribió:En este poema todo es valioso, hasta la respiración entre los versos adquiere tonos de maravilla.

Aplausos y mis sinceras felicitaciones, querido amigo.

Muchas gracias, Hallie, por tus amables palabras. Abrazos.

Felipe Fuentes García escribió:

Ramón Carballal escribió:Me acompaña la lluvia inmóvil, porque aún soy niño
y quiero encender un sueño. La mano de la tata,
los miedos tras las puertas pobladas de voces
cuando los mayores hablan de sus cosas, quizá
de las roturas que los días engendraron en los párpados
alegres. Vendrá la profesora-niña con sus vocales azules
y me cantará los cuentos del invierno, a mí, que no sé
de las heridas ni quiero otro jardín que mi silencio.
¿Tú quién eres, caricia que rocía los lunares de mil
pasillos inacabados, tú que en los alfiles de tus dedos
dejas un polvo de cánticos sobre las paredes dormidas?
Jugaré con las historias del abuelo, un balón rodará
hasta las mejillas de mis años, querrá lamerme los pies
como un gato que amara la fugacidad de la noche. Nada
volverá como nada vuelve al nacimiento de una sonrisa,
solo mis huellas infantiles dibujan hoy el ocaso del tiempo
con sus flores sin aroma o sus fantasmas desnudos.

Una referencia al reino que una vez habitamos con un lenguaje personal y directo. Excelente poema, Ramón.
Me ha encantado leerte, amigo.

Recibe un abrazo.
Felipe.

Me alegra mucho que te haya gustado el poema. Un abrazo, Felipe.

Pilar Morte escribió:Tu infancia quedó marcada para siempre. Un poema muy hermoso, intimista y cálido que me encantó.
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, por tu lectura y comentario. Besos.

J. J. M. Ferreiro escribió:"La infancia... la verdadera patria perdida", a lomos de tus imágenes viajamos años atrás... cuando el gitano Melquíades nos enseño el hielo.

Todo un placer de lectura, colega Ramón.

Unha forte aperta.

Muchas gracias, J.J., por leerme y comentar. Unha forte aperta.

Raul Muñoz escribió:Emocionante y bello, perfectamente hilvanada esa voz infantil que nos lleva de la mano.

Me gustó mucho, Ramón.

Un abrazo.

Gracias, Raúl, por acercarte a mi poema y comentarlo tan amablemente. Abrazos.