Editorial Alaire

“MUSA”

Mi “Musa” se fue…
Después de unas vacaciones, dice ella, ha vuelto.

Ha llegado famélica, la pobre ha debido pasar un hambre tremenda; pero es una orgullosa soberbia y no me lo reconoce ¿sabes?
Me ha contado que se fue porque se enamoró hasta las trancas de un tratante de ganado y el muy sinvergüenza quiso cambiarla por una piara de cerdos ibéricos.

Entonces huyó pero no se atrevía a volver a casa y se instaló en el showroom de un estilista de moda y al principio le encantó eso de los desfiles y el glamour, pero pasó hambre.
Las modelos ya no son lo que eran y comen como limas, la descubrieron en pleno atracón de una bandeja de canapés y la echaron al contenedor de la basura, cual trapo viejo.

En fin, ha vuelto desmejorada, pobrina mía, pero me está dejando la despensa vacía, creo que está haciendo acopio de provisiones y en cualquier momento se irá porque no es posible que una musa tan canija coma tanto.

Yo sufro con este ir y venir pero es joven y no quiero poner puertas porque cualquier día se irá definitivamente y ¿qué haré sin ella?
---
© MAR – 01/2017

Ja, ja, ja. Divertido relato, ameno, como creo que eres tú, Marisa.
Ha sido un gusto leerte. No tengas miedo, la musa no te va a abandonar.

Un abrazo fuerte.

Manuel Sánchez escribió:Ja, ja, ja. Divertido relato, ameno, como creo que eres tú, Marisa.
Ha sido un gusto leerte. No tengas miedo, la musa no te va a abandonar.

Un abrazo fuerte.

Me alegra esa risa Manuel, eso es lo que pretendía con este pequeño divertimento.
Gracias por tu agradable compañía.

Un abrazo.

Muy jocosa la ocurrencia de personalisar a tu Musa.
Divina la travesura -además- de asociarla con la gula,
haciendo la justificación perfecta del asalto a las neveras
como parte natural del proceso creativo.
Lo disfrute mucho, tanto el relato
como el tarro de helado que me terminé después de leerlo.
Un abrazo.

A tu musa no podemos dejarla que se vaya...ni mucho menos. Vale que ha querido darse la vidorra, pero como en su casa no estará en ninguna parte. Tu siempre la estás mimando y claro, ella sabe que al final aunque sea un poco traviesa, se la espera con los brazos abiertos...

Beso gordo Marisa, que bueno leerte

Arturo Rodríguez Milliet escribió:
Muy jocosa la ocurrencia de personalisar a tu Musa.
Divina la travesura -además- de asociarla con la gula,
haciendo la justificación perfecta del asalto a las neveras
como parte natural del proceso creativo.
Lo disfrute mucho, tanto el relato
como el tarro de helado que me terminé después de leerlo.
Un abrazo.

Me alegra mucho que te haya gustado este pequeño juego, Arturo.
Y celebro el disfrute del helado Jajaja,
Mil gracias por acercarte, compañero.
Un abrazo.

Ventura Morón escribió:
A tu musa no podemos dejarla que se vaya...ni mucho menos. Vale que ha querido darse la vidorra, pero como en su casa no estará en ninguna parte. Tu siempre la estás mimando y claro, ella sabe que al final aunque sea un poco traviesa, se la espera con los brazos abiertos...

Beso gordo Marisa, que bueno leerte

Qué bueno que estés para leerme, querido Ventura. En cuanto a mi musa, que decirte, está bastante ausente desde hace un tiempo, espero que vuelva.
Gracias por pasarte y otro beso para ti.