Editorial Alaire

El coñac consumía el rubor de sus labios mientras la luna proyectaba el film rodando por el fractal de los besos. Desterrados de un lugar común, hicieron el amor como una tuerca pasada de rosca. Al fin un sólo cuerpo amado

por la hoja de la cuchilla.

¡Qué subidón Raúl! Qué alegría encontrarte, no sabes todo lo que trae tu paso y tus aportes, te agradezco de corazón que vinieras.
El texto me ha encantado, dibuja una mirada hacia la estética de Buñuel, hacia ese pasadizo de inexcrutable lógica que va ensartando imágenes y emociones, al mismo tiempo.
Tus letras siempre son un disfrute. Un abrazo fuerte mi buen amigo

Ventura Morón escribió:¡Qué subidón Raúl! Qué alegría encontrarte, no sabes todo lo que trae tu paso y tus aportes, te agradezco de corazón que vinieras.
El texto me ha encantado, dibuja una mirada hacia la estética de Buñuel, hacia ese pasadizo de inexcrutable lógica que va ensartando imágenes y emociones, al mismo tiempo.
Tus letras siempre son un disfrute. Un abrazo fuerte mi buen amigo

El placer es mío Ventura.

La película de Buñuel y Dalí sugiere tantas cosas!

Un abrazo, amigo

Raul Muñoz escribió:El coñac consumía el rubor de sus labios mientras la luna proyectaba el film rodando por el fractal de los besos. Desterrados de un lugar común, hicieron el amor como una tuerca pasada de rosca. Al fin un sólo cuerpo amado

por la hoja de la cuchilla.

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Abrazos.