Editorial Alaire

Miro a la madre que tiene
este dolor que es brutal,
renunciando al hijo ausente
para darle amor leal.

Busca en su alma conmovida
el porqué de esa razón,
lleva una herida clavada
y le sangra el corazón.

Le cuenta a la noche oscura
lo que en la vida luchó,
porque el destino conjura
y el hijo vio, desamor.

Con mirada al infinito
mientras duerme el interior,
sujetan sus manos vacías
ese amor que sigue en flor,

cubriendo a su hijo entero
de los besos que no dio,
para que recuerde siempre
que es hijo de su amor.

Una entrega perenne y colmada de Sentimiento y emoción...
Un gusto leerte amiga...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Hermosos y emotivos versos. Los brazos de una madre siempre están abiertos. Me ha gustado pasar por tus letras.

Un abrazo.

Lunamar Solano escribió:Una entrega perenne y colmada de Sentimiento y emoción...
Un gusto leerte amiga...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias Nancy por tu precioso comentario
Un abrazo
Maria

Madre como símbolo de la naturaleza y del amor, en ella está el mundo de la belleza dondequiera que miremos.
Me gustó el poema, tiene ritmo y se lee con mucho agrado.
Un placer de lectura, María
Un abrazo

Me gustó esta copla matriacal, María. Recibe mi felicitación y abrazo.

Ramón Castro Méndez escribió:Hermosos y emotivos versos. Los brazos de una madre siempre están abiertos. Me ha gustado pasar por tus letras.

Un abrazo.

Gracias Ramón por tu sensibilidad para con mis versos
Un abrazo
Maria