Nota final
Publicado: Dom, 22 Ene 2017 12:03
Nunca llueve a gusto de todos,
siempre inquieta, accidental y muy sentida,
a pesar del poco tiempo que convive con nosotros.
Y no para ahí su amplitud de criterio,
cuando vaga aficionada saliendo de sus manos
desconocida y natural.
Yo hubiese querido para ti,
el encanto de la arena a la cal
y cal a la arena
graduando las luces juguetonas,
alumbrando el consuelo
de los lugares comunes.
Sin necesidad de mentir,
las palabras también llevan bien
la ropa y los modales,
y el aire fino, algo melifluo,
pueda fabricar medias de algodón
con vientos de ajena amistad.
Así, al borde de mi cama,
donde la muerte me viene a hacer el amor;
el ir y venir, retorcerse, esforzarse, jadear, desesperarse,
se introduzca en lugares prohibidos
o en un recuerdo acabado.
Y venga a descubrir el por qué no muero,
porque el ausente eres tú, y no yo,
mientras corre distinta la lluvia según se habite.
siempre inquieta, accidental y muy sentida,
a pesar del poco tiempo que convive con nosotros.
Y no para ahí su amplitud de criterio,
cuando vaga aficionada saliendo de sus manos
desconocida y natural.
Yo hubiese querido para ti,
el encanto de la arena a la cal
y cal a la arena
graduando las luces juguetonas,
alumbrando el consuelo
de los lugares comunes.
Sin necesidad de mentir,
las palabras también llevan bien
la ropa y los modales,
y el aire fino, algo melifluo,
pueda fabricar medias de algodón
con vientos de ajena amistad.
Así, al borde de mi cama,
donde la muerte me viene a hacer el amor;
el ir y venir, retorcerse, esforzarse, jadear, desesperarse,
se introduzca en lugares prohibidos
o en un recuerdo acabado.
Y venga a descubrir el por qué no muero,
porque el ausente eres tú, y no yo,
mientras corre distinta la lluvia según se habite.