El paraíso de la nostalgias
Publicado: Mié, 11 Ene 2017 17:17
El paraíso de la nostalgias.
Entre cruzadas las líneas del sol,
los caminos,
circula el príncipe de los destinos,
desarmado y casi impune,
enseña a las tetras a que manejen sus formas con albedrío,
la humanidad suspira su desaliento,
exquisita,
sutil y elegante,
para rendir culto a la propia existencia.
Paraísos que son las plantas, los sueños,
una luna, aunque sea su cara oculta
lo que muestre
para hablar del amor con principio
o del deseo sin víctimas.
Nostalgia, y donde no existe,
las almas retuercen,
por lo que han perdido,
por lo que no encuentran,
por lo que ansían,
a veces
nos escondemos
y no se sufre,
otras lloras y en la catarsis,
cree el hombre que se hace libre.
La sucinta relación entre las sensaciones y sus destino,
nos enternecen rompiendo el hielo de los malditos
y exponenciando los instantes de sabiduría,
bondad o arte en un beso que no se olvida,
reconociendo en el alma tibia que quisieras verle.
Pero eso, ya no es un rezo,
lo son mis hijos,
mis ángeles o el entramado mágico de mis amigos
y cada segundo
que tu luz me sonríe.
Entre cruzadas las líneas del sol,
los caminos,
circula el príncipe de los destinos,
desarmado y casi impune,
enseña a las tetras a que manejen sus formas con albedrío,
la humanidad suspira su desaliento,
exquisita,
sutil y elegante,
para rendir culto a la propia existencia.
Paraísos que son las plantas, los sueños,
una luna, aunque sea su cara oculta
lo que muestre
para hablar del amor con principio
o del deseo sin víctimas.
Nostalgia, y donde no existe,
las almas retuercen,
por lo que han perdido,
por lo que no encuentran,
por lo que ansían,
a veces
nos escondemos
y no se sufre,
otras lloras y en la catarsis,
cree el hombre que se hace libre.
La sucinta relación entre las sensaciones y sus destino,
nos enternecen rompiendo el hielo de los malditos
y exponenciando los instantes de sabiduría,
bondad o arte en un beso que no se olvida,
reconociendo en el alma tibia que quisieras verle.
Pero eso, ya no es un rezo,
lo son mis hijos,
mis ángeles o el entramado mágico de mis amigos
y cada segundo
que tu luz me sonríe.